Precuela : Expresión
—Yuto— susurró el desconocido
—¡Yuto! ¿Quién es? — ....... — ¿Ryosuke?
La mujer adulta se acercó a la puerta para observar
quien había tocado el timbre, dándose con la sorpresa que era el castaño que
hacia un tiempo había vivido en su casa. La alegría la inundo al ver a esa
persona conocida.
—Cuanto tiempo señora Nakajima — las palabras que
brotaron del recién llegado la hicieron reaccionar y responder a su saludo.
— ¡Ryosuke! — Dijo eufóricamente y se acercó más a él
—Si, Cuánto tiempo. ¿Cómo has estado?, — Sus ojos se estrellaron con el intenso
sol que se extendía en el porche. — pero que descortés de mi parte. Adelante.
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Entraron a la Sala, el hermano menor de Nakajima ya no
se encontraba en ese lugar. Habia subido a su habitación una vez Yuto se
dirigió a la puerta.
—Hace mucho que no te veía, ¿Cuánto tiempo ha sido?
—1 año.
—Muchas gracias.
—Yuto, por favor tráele algo de beber.
La mirada de Ryosuke otra vez se centró en él. Tan
penetrante, como si hubiera visto un fantasma. Y tal vez eso era. Es cierto que
había estado en coma y para muchos fuera un fantasma o un zombie. Pero había algo más. No podía descifrar los
sentimientos detrás de esa mirada. Entonces decidió proseguir su camino como le
indico su madre.
—Es mi hijo mayor —comento la señora con una sensación de dolor, de un
recuerdo lejano.
Ryosuke estaba confundido.
La señora le dio una suave sonrisa —Es una larga
historia. —
La incomoda sensación de querer saber lo que paso
atraganto la garganta del menor. Una
opresión mascullo su pecho y sin pensar
soltó las palabras.
—¿el -él está
vivo? — La vergüenza cubrió su rostro, por el repentino atrevimiento. Pero
podría ser mentira, podría ser un sueño, podría ser que simplemente ya había caído en la locura.
Para él era
necesaria esa pregunta, aunque sonara
completamente ruda.
Los ojos de la madre se llenaron de lágrimas.
—si —las gotas resbalaron por sus mejillas. Soltando
la carga que había llevado por un largo tiempo—Mí hijo está vivo — y los
sollozos de la madre se escucharon. Liberando poco a poco lo que llevaba dentro
de sí.
———
—Disculpa que me ponga en este estado, pero es algo
que aún no puedo creer. —Cerro los respirando fuertemente mientras era
extendido para ella un pañuelo — Todas
las noches entro a su habitación. Me siento a su lado y me digo: Esta aquí, no
se ira, no es un sueño. — Y las lágrimas comenzaron nuevamente a caer — me
alegra que su muerte haya sido una mentira, sé que mi esposo tuvo buenas
intenciones. Pero aun no le puedo perdonar. —el castaño solo asintió
interpretando todas las palabras que ella decía.
—Disculpa, atormentándote con mis cosas
—No se preocupe señora Nakajima, muchas gracias por confiar en mí. Estoy
seguro que las cosas con su esposo se solucionaran, ustedes están unidos por un
gran lazo.
— Gracias Ryosuke.
Después de eso Yuto entro con dos tazas de té. Y unos bocadillos.
Se acercó y sirvió una taza de té para Ryosuke.
Volviendo a encontrar sus miradas sin poder separarlas.
—¿Cómo has estado?
—Bien, entre clases, trabajos y exámenes. Decidí
volver a mudarme, así que me preguntaba
si estaba disponible la habitación que
rente hace un tiempo.
—Si lo está, nadie la ha alquilado desde que te
fuiste. Además que nos encantaría volver
a tenerte con nosotros.
—Muchas gracias señora Nakajima.
—Puedes venir a traspasarte cuando gustes.
— Me comunicare con usted.
— ¿Aun tienes el número de la casa?
—Si
—Raiya se pondrá muy feliz, él te quería mucho.
—¿Cómo esta él?-
—Debe estar en su habitación descansando, fue una
semana muy pesada para él. Estuvo fastidiando a Yuto hace un rato. — La madre
emocionada se percató de la mirada fugaz que por ratos Ryosuke le dirigía a
Yuto.
—Ustedes no se conocen. No me di cuenta y sola me
emocione.
—Él es mi hijo.
—Soy Yuto Nakajima, mucho gusto — le extendió la mano
a la cual él se quedó mirando.
—Ryo..ryosuke Yamada— dijo algo nervioso, y Yuto
retiro a su mano al ver que el castaño hacia una reverencia.
—Fue un gusto conocerte, se me hace tarde, disculpen
la molestia. — La siguiente frase la soltó rápidamente.
—Para nada, fue una grata visita, te acompañare a la
puerta. —...
————
Al despedirse de la señora Nakajima.
Su rostro poco a poco se volvió, camino y camino sin
cambiar su rostro sin expresión. Había pasado 1 año en terapia, para volver a
su vida normal, siendo imposible.
Así que decidió
volver con el único propósito de estar cerca de su esencia, a lo que él era, a
los que con él convivían, porque había solo una cosa que no podía cambiar ni un
su memoria, la única verdad de toda esa excentricidad, es que Yuto Nakajima
estaba muerto, y aunque soñara y deseara con todas sus fuerzas que fuera de
otra forma eso no sucedería. Pero…
Cuando llego a la casa Nakajima y lo vio. Soltó su nombre
sin más.
Arrepintiéndose y comenzando a racionalizar: Lo
primero que pensó es que su mente le estaba dando una mala jugada. Que tal vez
su mente distorsionaba a Raiya o creaba una nueva imagen. Con gestos,
actitudes. Maduros. Pero todos como los recuerdos que tenía grabados en su memoria de tanto haberlos
reproducido.
No fue hasta
que la Madre le dijo que era su el hijo mayor, que todas sus teorías quedaron anuladas. Era increíble
para él, tan extraño y tan mágico.
Lloro, y lloro sin explicarse el porqué, por horas,
solo en un parque hasta que oscureció y
las lágrimas se le secaron.
Saco su móvil de bolsillo, marco un número y con una
voz rasposa hablo.
—Buenas Noches, habla Yamada Ryosuke…. Podría mudarme
mañana.
———
Ryosuke empacaba sus cosas
—Así que la habitación está libre — comento Keito.
—Si. Lo está. — el castaño respondió en tono bajo
tratando que sus voz no afectara al
mayor.
—Volverás a la causa de tu locura.
—Creo que ahora me curará. — Le sonrió a Keito de una
forma que no había visto hace mucho
tiempo— Estaré bien. No te preocupes.
—Tan feliz te hace estar cerca de las cenizas de un
muerto.
—Keito ya hablamos de esto. Lo intente. Pensé que era posible
olvidarlo. Pero no fue así. Y ahora las cosas son diferente. —Keito suspiro
resignado y se voltio para salir de la habitación.
—Solo no me llames cuando lo que queda de él empiece a
desaparecer.
—... —Una triste sonrisa se formó en Ryosuke. — Yo también
espero que no desaparezca.
-----
Llego a la casa de los Nakajima y Yuto le abrió la
puerta.
Tenía un grupo
de cosas pesadas.
—Hola
—Ho..Hola
—Mi madre ha salido, me dijo que te indicara la habitación. Déjame ayudarte
—Gracias, es muy amable de tu parte. —Yuto le sonrió
por lo tímido que había sonado el comentario.
Llamando la atención del mayor que se le quedo
mirando.
Haciendo que Yuto se empiece a tocar el rostro.
— ¿Estoy bien? ¿Tengo algo en el rostro?
—No no lo siento. Es solo que esa sonrisa es mucho más
hermosa en persona.
—¿En persona?
El rostro de Ryosuke se enrojeció.
—Es aun es… es es que hace un tiempo vi una foto tuya.
—woo fue en el tiempo en el que estaba hospitalizado. —soltó
una risilla.
— ¿hospitalizado?
—Sufrí un accidente y entre en estado de coma. No
tengo una experiencia ultra terrenal si quieres preguntar.
— .... — Ryosuke ya no dijo más, era un tema delicado.
Preguntar era lógico, tal vez alguien más podría darle respuesta o sería mejor
vivir en este encantador sueño.
— gracias...
—¿Por qué?.
— Mi madre no ha hablado con nadie sobre lo siente.
Fue la primera vez. Se ha quitado un gran peso de encima, creo que ahora si podrá
hablar con mi padre. Por eso gracias.
Ryosuke se quedó sin palabras, Nakajima Yuto le había
dado las gracias.
.....
Llegaron a la habitación. El mismo lugar, estaba
exactamente como la dejo, como si nadie más hubiera siquiera intentado entrar.
No es que hubiera polvo, era por lo que el lugar le transmitía.
—Te ayudo con algo más. — Yuto entro y cargo con las
cosas.—¿Dónde puedo poner esto?.-
—Junto a la cama, por favor. — Ryosuke se acercó al lado
de Yuto para depositar el equipaje que cargaba.
Pero perdió el equilibrio. Siendo detenido para que no dé con el piso por los
brazos de Yuto.
—¿Estas bien?.
La situación era de por si extraña. Yuto tenía sus
brazos en la cintura de Ryosuke y este los tenía sobre los hombros de Yuto.
Estaban
bastante cerca. El rostro de Ryosuke era cubierto por el pecho de Yuto.
Aun sin verlo sus orejas delataban lo sonrojado que estaba.
Cuántas veces había soñado con eso. Cuántos sueños
obviamente imposibles se estaban cumpliendo.
Con sus brazos rodeo el cuerpo de Yuto para poder
sentirlo. Escuchar su corazón que le gritaba
que estaba vivo. Él estaba vivo, no era otro de sueños. El calor que sentían
sus manos. El aroma que desprendía.
El aroma fugaz que sentía en aquella habitación en la
que paso horas, ahora era tan latente.
Lo abrazo fuertemente. Perdiéndose totalmente en la persona que tenía entre sus
brazos.
Yuto quedo estático.
No solo por el hecho de estar sorprendió, sino por lo bien que se sentía. Algo
dentro de él se alegraba. Y poco a poco comenzó
a responder aquel abrazo.
-……….
Los brazos de Yuto lo rodeaban.
Sus sueños siempre terminaban en la mejor parte. Volviéndose
una pesadilla.
Pero todo estaba ocurriendo con tranquilidad. Se
alejaron un poco, mirándose fijamente y poco a poco se comenzaron a acercar. Y al solo estar unos centímetros de cada uno, la
puerta se abrió.
— Nii-san, ¿Qué estás haciendo aquí?. — al mirarlos,
los dos ya estaban alejados. Estaban completamente sonrojados y actuando
extraño.
— jajaja — yuto se comenzó a reír nerviosamente,
pasando su mano por su cabeza de manera sospechosa — mamá me dijo que acompañe
al nuevo inquilino y que lo ayude en todo lo que necesite. —su hablar se volvió torpe.
Raiya voltio su mirada hacia la persona que estaba al
lado de su hermano.
—¿Ryosuke?
—Hola Raiya, ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo has
estado?.
—Ryosuke...- la mirada asombrada de Raiya, miro al
castaño de pies a cabezas. En verdad eres Ryosuke
Ryosuke le respondió con una sonrisa.
—Has crecido un montón Raiya, estas más alto y guapo.
Debes tener muchas chicas detrás de ti.
Raiya se sonrojo y a Yuto le sorprendió la reacción de
su hermano. Desde que regreso del hospital, en ocasiones Raiya era algo frio
con él. Pero ahora se veía diferente al pequeño hermano que conoció.
Fueron 2 años. Fue un largo sueño. A veces las cosas parecían
mentira, y a veces tan reales.
Pero Raiya era su hermano, a pesar del tiempo lo conocía,
podía ver que a su pequeño hermano le gustaba Yamada Ryosuke.
Una sensación de soledad vino de pronto a él, mientras
observaba la amena conversación entre los otros dos.
— Iré a mi habitación, sigan conversando— cuando les dijo eso la mirada de Ryosuke se dirigió
directamente hacia él.
Aquellos ojos le decían que no se vaya. ¿Era su imaginación?.
Y así fue como poco a poco recordó la escena anterior. Y se fue sonrojando.
—Los veo más tarde.
Y la figura del alto desapareció de la habitación.
—Volviste. ¿Pudiste olvidarlo?.
—No— la sincera y rápida respuesta enojo al menor.
—Hay una gran diferencia entre la fantasía y la
realidad.
—Lo sé muy bien. — Raiya salió de la habitación— ¿pero
no se supone que dejas de querer la fantasía cuando se vuelve realidad?—.
--------
Estaba recostado en su cama, mientras rebotaba una
pequeña pelota haciendo que choque con el techo. Y escuchó el sonido de la puerta de su habitación.
—Ya va— abrió la puerta y se encontró a Ryosuke.
Inconscientemente se comenzó a arreglar el pelo. Ya
que había estado holgazaneando y lo tenía
revoloteado.
Se aclaró la garganta cuando se dio cuenta de lo que hacía.
—¿Necesitas algo?.
—Yo...quería preguntarte si te gustaría ser mi amigo. —
Le pareció tan tierna esa pregunta.
Ryosuke se veía sonrojado y tímido.
Así que no pudo evitar reír.
Haciendo que Ryosuke levante la cabeza asustado.
—lo siento, no quería burlarme. Solo que nunca me habían
hecho esa pregunta. Y me pareció algo lindo.
Y le sonrió de una forma sutil, fresca y hermosa, una
sonrisa que hizo que el corazón de Ryosuke se agite violentamente— Me encantaría.
.... Semanas después…..
—Hola.
—Hola.
— ¿Qué tal tu día?
—Proyectaran una de mis obras en un estudio—.
—¿Enserio?, ¡Eso es fantástico!.
—si…, yo , tu …¿Quisieras ir conmigo? - Ryosuke le
pregunto un poco reservado.
—¡Si!, Me encantaría.
Ryosuke se sentó al lado del sofá donde Yuto se encontraba.
—Ha pasado un tiempo desde que salí. Ha este paso me convertiré
en un hikikomori
—y eso ¿Por qué?
—Me he estado recuperando desde hace poco. Así que aún
no he podido continuar con las actividades de una persona normal.
—ya veo.
— ¿De qué están hablando? — la madre se apareció en el
lugar con unos pequeños bocadillos.
— Las obras de Ryosuke se presentaran en un estudio.
—Eso es grandioso.
—No es para tanto, solo estará una.
—Igual de todas formas es algo grande. — Respondió la
Madre
—Si, verdad— sonrió de forma orgullosa Yuto— así que iré
con él, el día de la proyección.
El rostro de la madre cambio rotundamente a uno serio.
Aunque ese cambio solo fue notado por Ryosuke.
Mientras
tocaron, la puerta. Yuto se levantó a abrir. Dejando a Ryosuke y a su madre solos.
—¿Señora se encuentra bien?
—si— suspiro — supongo que es algo que debía pasar.
Aunque tengo miedo. —Le sonrió— el solo pensar en aquel accidente, me aterra,
que le pueda ocurrir algo. Que desaparezca.
Ryosuke se quedó impresionado por las palabras de la
mujer. Se había sentido feliz al saber que Yuto iría con él. Pero ahora también
sentía miedo.
Él no permitiría que algo le sucediera a Yuto.
....
Al abrir la puerta un poco desesperado estaba un chico
de cabello negro y ojos rasgados. Tenía detrás de él un ramo de rosas.
—¿Si?.
—Buenas tardes. Se encuentra Yamada Ryosuke. — Yuto lo
inspeccionó lentamente. Y el otro hizo lo mismo. Algo del otro no estaba bien
para ellos.
Se miraron cuidadosamente.
—Adelante— algo del otro no les gustaba.
Al ver regresar Yuto, Ryosuke se alegró. Acercándose, pero se encontró
que detrás de él estaba Keito.
—Keito —llamo el castaño, alegre de volver a ver a su
amigo. —Sonriéndole alegremente.
Esto enojo un poco a Yuto. Separándose más de aquel
tipo hasta volver al mismo lugar que se encontraba antes de que tocara.
Mientras Keito se conmocionaba.
—Podemos conversar
—Claro, vayamos a mi habitación.
Los oídos de Yuto habían escuchado atentamente. Y sus
ojos voltearon a observar como los dos
se alejaban.
Un amargo sabor pasó por su garganta. Y se fue a la
cocina a tomar un poco de agua.
......
—Cuanto tiempo Keito, siento no haberte llamado.
—Veo que estas bien.
—Si gracias, tu ¿Cómo has estado?
—Bien supongo, aunque mi amigo hace un año se enamoró
de un fantasma. Y luego de que por fin logre alejarlo del cementerio. Me dijo
que prefería tener un poco de él, a seguir viviendo ese tipo de vida. Aunque
eso lo dañara. Se volvió loco. No se comunica conmigo desde hace un tiempo. Eso
me hace pensar que tal vez se suicidó. Para poderlo amar en el otro mundo. Me
armo de valor para venir. Y me sonríes como si todo estuviera bien. No sé qué
pensar.
—Estoy bien Keito.
— ¿Pudiste
olvidarlo? —el castaño negó.
—¿Aunque se un poco ?
—Diría que por el contrario. Cada día le quiero más.
—Entonces no estas nada bien. — Keito saco de su
bolsillo una tarjeta— Conseguí un especialista. Podemos ir a verlo juntos.
—No lo quiero.
—Eres un idiota. — el pelinegro volvió a guardar la
tarjeta— por cierto quien era la persona
que me abrió.
Ryosuke se sonrojo.
Frunciendo el
entrecejo de Keito.
—él es Yuto—
Los ojos sorprendidos de Keito. Hicieron que se apartada
—¿Qué?
—No estaba muerto, Keito— recito esa frase como si
hubiera liberado un oscuro dolor dejando solo rastros de alivio.
—No lo entiendo.
—Ni yo
—Entonces que es exactamente esto.
—No lo sé. Es complicado para su familia, su padre lo
oculto porque estaba en un nivel de coma que era totalmente nulo que despertara.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—Es algo increíble. Aun siento que es mentira
Keito se acercó a Ryosuke. Mirándolo fijamente.
—Tu sabes que yo por ti...
El toque de la puerta lo interrumpió.
Ryosuke fue a abrir la puerta, encontrándose con Yuto detrás
de ella.
—Mi madre me dijo que les trajera té y unos
bocadillos.
—A-adelante.
Solo hacía unos instantes hablaron de él.
Yuto dio un paso adelante, seguido de otro. Hasta
acercarse a Keito.
—¿Dónde lo puedo dejar?
—Sobre la mesa por favor. —al hacerlo se voltio y
cruzo miradas con Keito.
—¿Es tu amigo? —pregunto al castaño.
—Si.
—Mucho gusto, Okamoto Keito.
—De igual forma, Nakajima Yuto. – Se presentaron — ¿podría quedarme con ustedes?.
—cla-claro.
—No muchas veces tengo la oportunidad de conocer un
amigo de Ryosuke.
Keito por ratos lo miraba fijamente y por otros a Ryosuke.
—¿Qué es lo que hacían?
—No estábamos besando y apunto de tener sexo.
El rostro de todos se paralizo.
Y al fin el rostro de Yuto mostro el descontentó que
estaba ocultando y el enojo.
—No digas cosas absurdas Keito.
—Pero de que hablas Ryosuke, si hasta hace poco éramos
una pareja feliz.
El rostro de Yuto se endureció.
—¡KEITO!
—Se me ha hecho tarde, me tengo que ir.
Este se levantó y salió de la habitación azotando la
puerta.
Lentamente Yuto prosiguió a hacer lo mismo.
—¡Yuto espera!, no es lo que piensas.
Ryosuke lo detuvo. Cogiéndolo de la mano.
—Él y yo no teníamos la relación que piensas.
Yuto se voltio y se quedaron mirando.
—No es necesario que me expliques nada.
—No es eso yo — las manos de Ryosuke sujetaron
los hombros de yuto—yo... —
Quería decirle que lleva queriéndolo desde hacía mucho
tiempo. Pero ¿cómo?, ¿Cómo lo diría? ¿Qué pensaría Yuto de él?.
Perdido en su pensamientos. Sintió una presión sobre
sus labios, fue fugaz pero pudo sentir un escalofrío por todo su cuerpo, la presión
en el estómago. Y su corazón a punto de salir de su cuerpo por lo rápido que
golpeaba, aquellos labios eran suaves, dulces, y le transmitieron un sinfín de
sensaciones que no podía describir.
Se necesitaban.
Las manos de Yuto se posaron sobre la cintura del mayor
y este dirigió las suyas al cuello del alto para sostenerse y poder profundizar
el beso aún más.
No querían parar, no sabían cuánto tiempo llevaban así,
pero ninguno quería parar. No querían alejarse. Con el solo deseo de
inmortalizar ese momento.
....
La puerta de la habitación llamo y detuvo su acción.
—Ryosuke, ¿Estas allí? — era Raiya.
Sus cuerpos se separaron. Y se quedaron mirándose
—¿¿Ryosuke??-
Sonrojados, agitados y sin voz para responder.
-----
Era el día de la exposición de la obra de arte de
Ryosuke.
Las cosas hasta esa fecha se desarrollaron
normalmente, Ryosuke actuaba como si nada hubiera pasado, conversaba
normalmente con Yuto. Mientras Yuto estaba algo decepcionado, el esperaba algo más,
después de la interrupción de Raiya su atención
se fue hacia su hermano menor. Y eso lo molesto. Aún más cuando no veía ni una señal por parte del castaño.
Con sus actitudes solo le daba a entender que Ryosuke
solo lo quería como un amigo.
Y eso lo molestaba.
¿Qué podía hacer? ¿Ser directo y decirle sus
sentimientos?. Podría ser rechazado y eso sería doloroso. Pero él había estado
cerca de la muerte. No podía simplemente sentarse a esperar. Podría llegar a ocurrir
una infinidad de cosas. Él tenía que vivir una vida sin arrepentimientos. La vida era una. Debías hacer lo sentías.
-----
Era la primera vez que salía en mucho tiempo. Hacía
poco recién le habían dado de alta. Y ahora estaba decidido en confesar sus
sentimientos.
Pero ¿Qué ponerse?, En tres años cuánto había
cambiado la forma de vestir. Si se ponía a pensar había visto a Raiya y Ryosuke varias veces
salir. Pero no se había percatado necesariamente en lo que llevaban puesto. Cuando Ryosuke
aparecía se perdía en su rostro, razón 1 de no ver su ropa, y pues a Raiya no
lo miraba atentamente. ¿Televisión?. Era más fácil pedirle algo prestado a Raiya,
total él había crecido bastante.
—Raiya, me preguntaba si tendrías algo de ropa que me
pudieras prestar.
—¿Ropa? ¿Vas a salir?
—Si
—¿Mamá ya lo sabe?
—Si lo sabe
—¿Por qué ropa? Tienes un montón
—Quería algo más moderno
—Somos hombres esas cosas casi no cambian
—Eso es discriminante.
—¿No tendrás una cita?
—¡¿Qué?!, no, solo iré a ver la exposición de Ryosuke.
El ceño se frunció en el rostro de Raiya.
—Iré a buscarte algo.
—Gracias.
El menor se acercó a su guarda ropa,
—¿Cómo te llevas con Ryosuke?
—Bien es una buena persona.
—Uhmm
—Es divertido hablar con él .
—mmmm
—¿Ocurre algo?
—No, nada en especial. Solo que a mí me parece una
persona hermosa, desde la primera vez que lo vi me gusto.
Gusto.
Gusto.
Escucharlo de la boca de su hermano era diferente que suponerlo
—He tratado de conquistarlo. Pero no es muy efectivo. ¿No
querrías ayudarme?
—Creo que es algo que deberías realizar solo.
—Eres mi hermano.
—A mí también me gusta.
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Yuto se puso la ropa que Raiya le dio. Trato de
arreglarse. Tratante de hacerse diferente peinados, exhausto hizo el de siempre.
Bajo al primer piso.
Espero a Ryosuke
para partir juntos.
- ---
Ryosuke miraba gustoso como Yuto estaba asombrado con todo lo de su alrededor.
Disfrutaron en el camino, conversando y riendo. Hasta
llegar a la exposición.
Caminaron por las montañas de obras mirando
atentamente. Mientras Ryosuke le explicaba algunas cosas a Yuto.
Hasta llegar a la obra de Ryosuke.
Era realmente
maravillosa y emotiva. Inspiraba una gran sensación que hasta un amateur como
él, podía entender.
—Es hermoso
—¿Te gusto?
—Si. Mucho
—Eso me hace muy feliz
Habían llegado a una cafetería en la que decidieron
ordenar algo.
—Ryosuke— el castaño levanto la cabeza. —yo quiero de
decirte lo…
—¿Pero no eres Ryosuke kun? —un extraño apareció y se acercó
a ellos. —Wao hace años que no te veía, te ves súper bien. ¿Cómo has estado?.
Oh lo siento interrumpí algo. ¿Estabas en una cita? —el rostro de los dos se tornó
totalmente rojo
—jajaja. Lo siento sonó muy deseducado.
—Hola Hikaru-san, muy bien.
—Pues si,
se ve que sí. — los dos se sonrojaron. — ¿Es el muchacho de la casa de la habitación
que rentaste hace un año?
— ¿ah?
—Del que te enamoraste profundamente, y dejaste a Keito
para volver a vivir allí, porque no lo pudiste olvidar.
Yuto no podía entender la situación. Enamorarse hace
un año. Volver a vivir. ¿Ryosuke volvió
por su hermano?.
—Hikaru-san no digas esas cosas
— ¿por qué no? Me la debes. No sabes cuantas veces
tuve que aguantar a Keito. Y a cuantos bares tuve que ir.
---
El regreso fue callado ninguno de los dos dijo nada.
Hasta la casa. Donde se separaron cada uno por su
lado.
---
Ryosuke estaba temeroso. Quería parecer lo más normal
frente a Yuto. Que él no notara los fuertes sentimientos que fluían dentro de sí. Actuar tranquilo. Para no asustarlo como
cuando le dio un beso. Fue demasiado impulsivo. Hasta parar ese beso fue difícil
para él. Y ahora lo de Hikaru. Ojala Yuto
no haya comprendido. Ojala no se entere.
Ojala ...
----
—¡Keito eres un idiota!, como se te ocurre contarle a
Hikaru.
—No veo el problema
—¡Se lo dijo a yuto!. Si él se da cuenta, te asesino.
- ----
Fueron 2 años. Había perdido comunicación con sus
amigos. Era lo normal, nunca se preocupó por eso. Pensar en lo que ellos estarán
haciendo. Tal vez piensen que está
muerto. O algunos ya ni se acuerden de él. Ese tiempo es largo, las personas
cambian. Olvidan, crecen, maduran, se conocen, se enamoran...
Antes salir era natural, caminar por las calles, pero
ahora todo era desconocido y lo aterraba. Las cosas como las conocía cambiaron
en un parpadeo. Su hermano estaba en preparatoria.
Su hermano... Su vida...
Dentro de su habitación miro por la ventana, Cogió
sus llaves dejando una nota antes de irse.
---
—Buenas tardes.
La señora Nakajima se encontraba en la habitación.
Tejía desesperadamente.
—¿Le ocurre algo?
—Yuto salió
—¿salió ? ¿A dónde?
—No lo sé. No dijo a qué hora venia.
—No ha intentado llamar a su celular.
—No lo llevo. — los ojos de Ryosuke se abrieron.
—¿Recuerda cuáles son los lugares que frecuentaba
antes?
—Son demasiados.
—Empecemos a buscar.
El sonido de la puerta se escuchó. Y risas
provenientes del pasadizo se escucharon, mientras la madre de Yuto y Ryosuke. Hacían
una lista de los lugares más concurridos.
—Estoy en casa. — al escuchar su voz. La madre se levantó
súbitamente y se apresuró a abrazar a Yuto.
—¿Dónde estabas?
—Salí a caminar, te deje una nota.
—Debiste decirme, pude acompañarte.
—No te preocupes, aquí estoy.
La madre desesperada lloraba sobre sus brazos. Yuto
acariciaba su espalda para calmarla.
Mientras Ryosuke miraba con ojos cristalinos esa
escena. Él también quería abrazarlo. Y decirle que era un tonto por haber
salido sin avisarle. Él podía haberlo acompañado. Gritarle y abrazarlo.
—Buenas noches, siento la intromisión.
La madre se secó las lágrimas para observar de quien
era la voz.
— ¿Chinen-kun?
—¡Madre!
—¿¿Madre?? — repitió en su mente Ryosuke
—¿Cómo has estado?
—Bien
—¿Cómo así se volvieron a reunir?
—Estaba caminando por las calles y encontré a Yuto. Me
sorprendió bastante. Pensé que era mi imaginación o una persona bastante
parecida, hasta que él me reconoció y me explico algo de lo que paso. Me alegro
bastante.
—Estuvimos conversando bastante tiempo y se nos fue la
hora. Así que decidí invitarlo a cenar. —se dirigió a su madre el alto.
—Me alegra mucho que lo hicieras. Me gusta mucho
verlo. Y estoy contenta de que se hayan reencontrado.
—Iré a preparar la cena. — Hizo una reverencia—
gracias Ryosuke por ayudarme. Si me disculpan me retiro.
—wao y ¿este chico tan atractivo? — dijo con voz alta chinen
Siendo mirado de manera asombrada por Ryosuke
—Mucho gusto. Soy Yamada Ryosuke
—No me digas que es tu novio Yuto
El sonrojo apareció en los dos. Pero Yuto lo negó manera melancólica.
Poniendo algo triste al castaño.
—entonces es el de Raiya.
En ese momento Yuto se quedó callado. Y al ver que
este no respondió. El mayor lo negó rotundamente.
—Estoy viviendo como inquilino en esta casa.
—waoo! Pero eres bastante atractivo. Ten cuidado que unos de estos días uno de los
dos hermanos te puede asaltar.
Al rostro de Yamada este chico era alegre, carismático, gracioso y estuvo enamorado de yuto.
¿Qué cómo lo sabía? Pues había revisado cientos de
veces los album de Yuto. Tenía muchas
fotos con él. Yuto hablaba de él en sus
videos. Había salido en algunos también. Claro que no solo él. También sus demás
amigos. A los cuales también recordaba. Pero aquel que estaba parado frente
suyo estaba enamorado de Yuto. Pues era obvio en sus ojos.
—Iremos a mi habitación, Ryosuke podrías decirle a mi
madre que Chinen se quedara a cenar.
—Oh no Yuto, no te preocupes por mí.
—Vamos, hace tiempo que no nos vemos. Tenemos mucho
que hablar.
¿Habitación?.
Había estado constantemente allí, pero ahora ¿Cómo estaría
esa habitación?... Ahora que habitaba
constantemente ese lugar. Debía estar
llena de su presencia, olor, Igual que la casa. Adoraba cada lugar de la casa. Porque
Yuto estaba allí. Pero su habitación. No la había pisado en mucho tiempo.
—¿Ryosuke y los chicos?
—subieron a su habitación.
—me alegra mucho que Yuto se haya reencontrado con uno
de sus amigos.
Ryosuke solo sonrió despacio y camino hasta las
escalares.
Al estar fuera la habitación de Yuto. Le invadió la
curiosidad. Podría escuchar un poco.
Se acercó y
pego la oreja a la puerta.
—Yuto para, duele muchooo.
—Pero te vas a sentir mejor.
—No, solo sácalo, por favor Yuu-chan.
La mente muchas veces te juega pasadas. Pero ese
instante se vuelve infinito. Ryosuke toco la manija y la giro abriendo la
puerta rápidamente. Asesinaría a ese chico.
Chinen sentado sobre la cama de Yuto. Mientras el alto
sostenía una aguja.
Los tres se quedaron mirando. Mientras poco a poco la expresión
de Ryosuke se desvanecía. Para mostrarse avergonzado.
Chinen sonrió de lado.
—Disculpen. Por no tocar. Quería unirme a ustedes.
—Oh pero un trio es demasiado para mí. Acabaría exhausto.
Eso encendió un odio dentro de Yamada.
— Otra vez tus bromas extrañas
—lo siento. Entonces lo podemos intentar.
—Dejare esa astilla allí para que te siga doliendo.
—¡Que cruel! Me duele mucho.
—Eso te pasa por tocar mis cosas.
—Era un bonito cuadro.
Ryosuke dio una pasada por toda la habitación. La cual
estaba completamente diferente. Como si hubieran hecho una remodelación
completa.
—Oh disculpa la descortesía de Yuu-chan, siéntate
donde desees.
Por qué se tomaba tantas atribuciones.
Yamada lentamente tomo asiento en uno de los sillones
—Buena táctica lejos de la cama.
Yuto lo volvió a mirar mal.
—¿Qué estaban haciendo? — Inicio la conversación el
castaño.
—Conversábamos
—Siento si interrumpí
—Ya habíamos terminado de hablar temas serios. Íbamos
a pasar a la diversión — cuando menciono eso guiño un ojo.
Era inevitable que Ryosuke no formara un gruño y eso
hizo reír a chinen.
—Lo siento es que me resulto gracioso. —Dijo entre
risas mientras su celular empezaba a sonar.
—¿Si? ¿Hola? ... El habla.... ¿En este momento?....
Entiendo.
—Me tengo que ir. Me llaman del trabajo.
—Pero aun no has cenado.
—Me encantara probar la comida de tu madre en otra ocasión.
—se dirigió al alto. —fue un gusto conocerte Ryosuke-kun, parece que los dejare
solos. Si se la vas a tocar, déjame decirte que le gusta que.......
—¡¡¡Chinen!!!
—jajaja bye bye. —salió de la habitación cerrando la
puerta.
—Disculpa. Siempre dice incoherencias.
Ryosuke se encontraba con la cabeza agachada. Todo su
flequillo ocultaba sus ojos. Sus labios extendidos con una expresión helada.
Yuto se enmudeció.
—¿ustedes tienen ese tipo de relación?
—¿Queee?? No, claro que no. Es mi amigo. No lo veo
desde mucho antes de mi accidente. Siempre dice cosas raras pero nunca hemos
tenido nada.
Los labios de Ryosuke sonrieron.
—Hablaba de que si eran amigos cercanos
—Pues supongo. Aunque él es así con todo el mundo.
Yuto se sonrojo. Ryosuke solo sonreía ante la escena.
—Tu habitación se ve diferente.
— ¿Has estado aquí antes?
—s..si —sus respuestas empezó a ser nerviosa— en una ocasión
Raiya me la mostro.
—Raiya— los ojos de Yuto se apagaron. — si, esta
diferente a como estaba. Después que regresara ya estaba así. 2 años es
bastante tiempo. Las cosas cambian.
—Nunca hemos hablado de tu recuperación.
—No hay mucho que contar. Solo abrí los ojos. Y me
dijeron que tuve un accidente. Cuando vi
a mi familia pude darme cuenta que no fueron unas horas las que estuve dormido.
Aunque la recuperación tomo su tiempo. … Debe ser extraño para ti.
—¿Extraño?
—Te dijeron que estaba muerto. Cuando escuchaste por
primera vez de mí. Debí ser sola una
imagen, una parte de los recuerdos de mi hermano.
—¡No es cierto!. No fue así. No eras eso.
—Gracias por ser tan amable.
—En verdad no fue así.
Yuto se acercó y acaricio la cabeza de Ryosuke
.
—Gracias Ryosuke. —bajo su mano hasta la mejilla del
castaño. — Me gustas — el cuerpo de Ryosuke se congelo y sintió que se erizaba
cada parte de su piel. — Me hubiera gustado conocerte primero, así tal vez hubiera
tenido una oportunidad. —el calor de la mano de Yuto desapareció. Dejándolo en
ese lugar. Sin entender a qué se refería. —Quiero que sepas que tienes todo mi
apoyo. Raiya puede ser un poco terco,
pero es un buen chico.
El rostro de Ryosuke se movió en negación y cogió de
la camisa al alto. Sujetando fuertemente con sus dos manos — ¿De que estas
hablando?
—Que te tienes mi apoyo.
— ¡¿Por qué tengo tu apoyo?!
—Porque eres una maravillosa persona, y estoy seguro que Raiya también te quiere.
— ¡¿Por qué me dices eso!? Tú y yo nos besamos. ¿De dónde sacas que estoy
enamorado de tu hermano?
—Tu.. Amigo. Dijo que habías vuelto por el chico del
que te enamoraste.
Ryosuke se sorprendió. Y con sus dos manos tomo el
rostro de Yuto y lo beso.
—Nunca he estado enamorado de tu hermano. —La voz de Ryosuke
era firme.
Y Yuto solo asintió con su cabeza.
Ryosuke sonrió y se acercó para nuevamente besarlo
pero esta vez siendo correspondido.
Sus manos se enredaron en los cabellos del alto y sintió
como las de él se posicionaron en su cintura.
Era un beso apasionado. Daban pasos que guiaron hasta
la cama del alto, en la que recostó al castaño. Y siguió besándolo. Sobre él.
Era la habitación de Yuto. Aunque habían cambiado muchas
cosas. Era el mismo cuarto. La misma
cama. El mismo colchón por los que paso añorando.
Las manos de Yuto se mezclaron en su cuerpo. Y fueron subiéndole
la camiseta. Mientras dejo de besarlo para devorar su cuello. Sus manos
siguieron moviéndose por los cabellos del menor.
Si los sueños se volvieran realidad. No se compararían
con ese momento. Lo que sentía en realidad no podría ni imaginárselo el Ryosuke de ese
entonces.
Las manos del menor dejaron de tocar su torso para dirigirse
a su pantalón. Había desabrochado y estaba a punto de bajar el cierre. Cuando
tocaron la puerta.
—Chicos la cena ya está lista.
Sus respiraciones agitadas. Manos detenidas y miradas
profundas. Con rostros que se fueron tornando más y más avergonzados. Yuto se levantó
lentamente.
—Ve primero. Iré
al baño. Nos vemos abajo.
Ryosuke se quedó allí sin moverse. Tomo la almohada de
Yuto y aspiro su almohada. Que olía completamente
a él. Y comenzó a sonreír y abrazar fuertemente la almohada.
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Yuto se lavaba una y otra vez el rostro. Mirándose al espejo y sin poder borrar la
tonta sonrisa que se le formaba.
—No estaba enamorado de Raiya~ .
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A la mañana siguiente Yuto se levantó temprano. El día se sentía diferente. Despejado y
claro.
Corrió la cortina de su habitación y respiro la
refrescante brisa matutina. Comenzó su día como todas las mañana, con
ejercicios matutinos y su aseo diario. Para posteriormente bajar las escaleras
y desayunar con su familia.
En el comedor se extendían 6 sillas ordenadas
formalmente, en los extremos cortos una
en cada uno y dos en cada extremo largo de la mesa rectangular. El tomo asiento
al lado de Raiya y frente a él se encontraba el que hacía que su corazón latiera de esa forma, mirándose entre ellos de forma
discreta.
En un extremo tomo asiento la madre, dejando dos asientos
vacíos, uno que no era usado y el otro del padre.
—Yuto, hoy vendrá a recogerte tu padre, para llevarte
a tu revisión médica—
En momentos como ese era extraño recordar que estuvo dormido por tanto
tiempo, y también era extraño para él,
que Ryosuke escuchara eso.
—Ryosuke, ¿Cómo te fue en tu exposición? —
—Muy bien tuve críticas
positivas, y me pidieron volver a presentar otras de mis obras.
—Eso es estupendo
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Horas después el atardecer se alejaba para dar lugar a
la noche, El señor Nakajima volvió de la visita del Medico con el mayor de sus
hijos, acompañándolo a la entrada de su hogar.
—Madre ya estoy en casa, —Detrás de él se encontraba
el padre con un paraguas, había empezado
a llover repentinamente, y justo se
dirigía hasta la salida, pero se encontró con la madre de sus hijos.
—Hola
—Hola. —Respondió ella también.
— El doctor
dijo que él está bien — sonrió de forma decaída, el padre había estado viviendo solo en un apartamento por el problema
ocurrido. Cuando se supo la verdad, para la madre y Raiya todo fue un shock, se sintió traicionada por la persona que amaba, le oculto la verdad
y la separo de su hijo. Ella no podía
perdonarlo, por eso él dejo la casa, por eso se separó, y hacia un año que no
hablaban.
—¿Quieres quedarte a cenar? — la pregunta sorprendió
al hombre mayor, y asintió afirmativamente ante la propuesta.
Mientras Yuto los miro de manera cómplice, y entro silbando,
dejándolos solos para que tuvieran un
poco de espacio.
La cena estaba servida, la silla faltante estaba por
fin ocupada y todos conversaban animadamente; sus experiencias y todo lo que deseaban
hacer; los problemas del trabajo para el
padre, las actividades el instituto para Raiya, y lo complicado que era llevar las
cosas para la madre. Tan ocupados, tan animados y dentro de ellos estaban Yamada
y Yuto que perdidos en su mundo se miraban atrapados por cada uno.
El padre empezó a reír y tomo la palabra de la
conversación.
—El doctor me dijo que Yuto estaba completamente bien,
que podía realizar cualquier actividad de un chico de su edad.
— ¡Eso es muy bueno!— exclamo la madre
—Sí, ¿verdad, Yuto?- el nombrado alejado de la conversación asintió y cogió su
vaso con sumo y empezó a beber — Hasta Yuto le pregunto si podría tener sexo. —
con el zumo en la garganta se atraganto, y casi se ahoga, mi entras el castaño
se sonrojaba y comenzaba a reír.
—Querido a vergüenzas a nuestro hijo.
—Por supuesto que no, él ya es todo un hombre.
Habían pasado dos cosas que tardaron en asimilar, la
primera fue el brote de dulzura de la madre al decirle querido a su esposo, y lo
segundo era cierto, había pasado mucho tiempo y ahora era mayor de edad. El
accidente ocurrió justo después de la graduación, del instituto. Sus proyectos para la vida se vieron
congelados allí, en ese momento él se
estaba presentando para una escuela de fotografía a la tenía muchas ganas de asistir.
—Entonces Yuto ¿qué has empezado hacer con tu futuro? —
la seriedad con la que el padre hizo la
pregunta tomo la atención de todos,
envolviéndolos en el tema crucial.
—Quiero estudiar fotografía — los padres miraron solemnemente
y aun con lágrimas en los ojos asintieron con una sonrisa. Y terminaron la
velada.
Eran las 10 de la noche y la puerta de su habitación
tuvo un toqueteo, la abrió sin
preguntar; ya imaginaba quien podría
ser.
— ¿Qué tal tu día? —
—Fue entretenido—
—Parece que tu padre se quedara a dormir.
—Si, eso es bueno.
Se sentaron uno al lado del otro sobre la cama y el castaño apoyo su cabeza
sobre el hombro del alto.
—Mmmm fotografía, creo que es perfecto para ti, te
queda demasiado bien.
— ¿Me dejarías tomarte fotos?
—Mi tarifa para ser modelo es cara — sus manos se
extendieron sobre sus hombros y
levanto su cabeza para mirar al menor directamente a los ojos.
—Pagare lo que sea necesario. — Una sonrisa sensual se
extendió por los labios del castaño.
— Entonces podrías empezar desde ahora— y sin esperar más unieron sus labios, de
manera delicada. Y profundizaron aún más aquel beso.
Entre aquella unión Yuto cambio sus posiciones y Yamada
término debajo de él, en la extensión de la cama.
Pasó sus manos por
detrás del cuello del alto e introdujo sus manos por su ropa.
Ocasionando que Nakajima también hiciera lo mismo, encendiendo algo
dentro de él. Sobre sus labios abrió paso a su lengua por dentro de la cavidad
del castaño, chocando con su lengua y pegándose a su paladar en algunas ocasiones, empezando a compasarse
con la lengua del castaño.
Sus labios se mezclaban y poco a poco la ropa fue
desapareciendo dejando solo sus cuerpos desnudos, unidos. No fueron necesarias
las palabras, solo basto con ese acto para que se dieran cuenta que no se separarían.
Al unir sus cuerpos, sus corazones y su mente, todo para ellos estaba claro. Al
terminar durmieron abrazados sintiendo el palpitar de sus corazones.
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Los días pasaron y Yuto se presentó para el examen de
la escuela de fotografía.
Estaba nervioso, pero a su lado esperando se encontraba Yamada,
tomados de las manos.
El castaño sentía el nerviosismo y la calidez de
aquella mano, sonrió de felicidad apretando un poco más, para ser visto por él.
Abrazándose cuando supieron los resultados.
La mañana después de esa, se deslizaba en la suave
brisa de sus cuerpos que sentían calidez al estar abrazados. Yamada miraba el
rostro del alto mientras respiraba
lentamente. Yuto ese día tenía que presentar sus papeles en la escuela a la fue
admitido. Era un poco tarde pero él seguía completamente dormido.
Poco a poco abrió los ojos y beso al mayor.
—Disculpa—dijo avergonzado—Fue un impulso. —
Yamada negó con una sonrisa y mejillas
sonrojadas. Abrazo nuevamente a Nakajima
para quedar entre sus brazos y rozar sus cuerpos. Quien le devolvió el abrazo e
inhalo el dulce aroma que este desprendía.
—¿Sabes qué hora es?
—Son las 7:30am —
—Es tarde —exclamo y se levantó rápido de la cama.
Destapando de igual manera a Yamada. Dejando a la vista el cuerpo desnudo de
este, con rastros de lo que había pasado la noche anterior. Se sonrojo
completamente, así que le entrego una polera.
—Úsala—susurro avergonzado—sigue durmiendo. Hasta la
hora que te sientas mejor.
Yamada sonrió por lo tierno que era su novio y tomo la polera que este le entrego. Mirándola
detenidamente. Era la misma que él usaba cuando pensaba que Yuto estaba muerto…
—Volveré lo antes posible. —Nakajima se había alistado
lo más rápido que pudo. Y se acercó al
mayor. —Disculpa por lo de anoche — dijo sonrojado refiriéndose a la esencia
que dejo dentro del castaño.
— Descuida, me gusta — y sin poder resistirse más, lo
abrazo completamente y lo beso.
—Es tarde— dijo entre sus labios Yamada, con él más
grande pesar.
—Si— exclamo y corrió rápidamente hacia la puerta. Y
de allí se voltio — Te amo. —pronuncio esa dos palabras, salió por la puerta y
la cerro.
El rostro de Yamada se ilumino y comenzó a rodar por
la cama emocionado. Hasta que sintió
como un líquido se escurría por sus piernas. Y su rostro empezó a
enrojecer.
Tomo la almohada y aspiro su olor. Para que quedara
grabado en su memoria. Antes todo lo que le estaba pasando hubiera sido imposible
siquiera imaginarlo. Era la misma
camiseta, aunque todo lo que estaba en aquel cuarto era diferente, aunque toda
la demás ropa que tenía fuera diferente, todos los objetos, accesorios y más cosas no estuvieran. La esencia y el olor
del lugar tenían aún más de él, de lo que tenía la antigua habitación. Cada rincón de ese cuarto era ocupado por él.
La camiseta que usaba ahora, era aún más preciada en ese momento que antes.
La puerta de la habitación se abrió, y Yamada se levantó
de las sabanas de la impresión. Terminando sentado sobre la cama.
—Nii-san podrías darme.... — Sus ojos se cruzaron y la relajada actitud de Raiya cambio — ¿Qué haces aquí? —La imagen era más
que obvia. Y los dos quedaron impactados.
—No es lo que piensas
— ¿Qué crees que es lo que pienso?
—Estoy aquí con su consentimiento.
“¿Con su
consentimiento? ¿Con su consentimiento?” Esta imagen ya se le hacía conocida. Hace mucho estaba
en una situación parecida, con la misma persona.
Y así empezó a reír de toda esa ironía. Sorprendiendo
a Yamada.
— ¿Solo imagínatelo?, ¿No es gracioso?.
Yamada solo lo miraba confundido.
— ¿Qué pasaría si Nii-san se entera? ¿Qué haría? ¿Cómo
te miraría?, ¿Miedo? ¿Asco? ¿Repulsión?,
Ya quiero saber cuál es. —
Cuando menos se
dio cuenta Yamada se encontraba a unos centímetros de él. Y lo tenía agarrado del cuello.
—No lo harás— la expresión de Ryosuke era diferente a
la que nunca hubiera visto. Como si en
ese instante lo fuera a asesinar. O eso es lo que pensó, sus piernas vacilaron
pero aun así su boca no se sometió.
— ¿Cómo podrías impedirlo?
Yamada palideció, no sabía qué hacer. ¿Qué podía
hacer? ¿Qué es lo que deseaba Raiya?.
Sus manos recorrieron el cuello del hermano y este tembló.
Con la expresión de hace unos instantes, la idea de matarlo no era imposible.
Pero aquellas manos se elevaron en sus mejillas.
—Estás enamorado de mí, ¿Verdad?
Entonces una fría expresión seductora se abrió paso.
Una expresión que Raiya nunca había visto, ¿podría su
hermano conocerla? ¿Podría su hermano haberla poseído? ¿Cuantas veces habrían
tenido sexo y Yamada le habría mostrado
aquella expresión?. Trago saliva por lo extraño del momento.
—Me gusta guardar secretos. ¿Guardarías este por mí?. —
Yamada se acercó tentadoramente a sus labios.
—¿Qué piensas del sexo? ¿Lo conoces? Eres un muchacho de instituto. Si
no es así. Yo podría enseñártelo.
La desesperada tensión del menor se sintió, y sin aguantarse más, corrió un poco más su
rostro para unir sus labios. Pero fue esquivado.
—¡Aquí no!- —grito Yamada sin medirse. Herido por el
atrevimiento del otro. — En mi habitación, hoy a las 12 de la noche. —y sin más, lo boto.
Quedando sobre la puerta y empezando a llorar.
-----
Cuando Nakajima llego, no encontró a Yamada. Llamo a
su número pero no le contestaba.
A la hora de la cena no estuvo presente. Aunque le envió
un mensaje diciéndole que estaría ocupado hasta el día siguiente.
Su hermano estaba extremadamente callado,
pensativo y desorientado.
Yuto trato de hacerle algunas bromas, pero este no respondió.
A la hora de dormir. Se preguntó si Yamada habría
comido aunque sea algo. No le gustaría que
se enfermera. Siendo las 12:00 sin contenerse más decidió bajar.
Tomo unos bocadillos
y los preparo para después subir al cuarto de Yamada. Toco la puerta de
su habitación y fue recibido lentamente. Como si su visita no fuera deseada. Al
encontrarse cara a cara. Yuto pudo observar las ojeras y ojos rojos que se habían
formado en Yamada.
—¿Qué te paso? — Yamada observo los ojos de preocupación,
la comida que traía entre sus manos y no pudo evitar llorar y abrazarlo
fuertemente.
Yuto no entendía que es lo que exactamente pasaba.
—No me dejes— decía el más bajo aferrándose
completamente. Las lágrimas chocaban con la ropa de Yuto mojándola.
—Calma— susurro Yuto. —No lo hare — le dijo mirándolo
directamente. —¿Qué cosas estás pensando?, te amo demasiado. — y así unió sus
labios con el castaño. Se adentró más a la habitación y dejo
los bocadillos por algún lugar. Mientras volvía a los brazos de Yamada
para seguir besándolo y recostarlo sobre la cama.
-----
Raiya estaba asustado. Eran las 12:00. Inhalaba y exhalaba.
Era un chico virgen de instituto. Y realmente pasaría
con la persona que deseaba que pasara.
Aunque esa persona amara a su hermano.
Aunque era el novio de su hermano
Aun cuando “el mismo” amaba a su hermano.
La depresión cayó sobre él y ya eran las 12:30.
Con un pesar sobre sus hombros, sus pies se movieron
hacia aquella habitación. Iba tocar pero
la puerta solo estaba junta, empujo poco y el sonar de unos gemidos retumbo por
sus oídos.
Yuto se encontraba sobre Yamada moviéndose
intensamente. Mientras el castaño se aferraba a la espalda del alto. Gimiendo
sin cesar.
—Yuto te amo —Eran las palabras que repetía con el
poco aliento que le quedaba y a veces entrecortadamente.
—Yo también te amo Ryosuke. —es lo que le respondió el
otro.
Sin poder mirar más esa escena, cerró la puerta y corrió lejos
de allí llorando.
Mientras en aquella habitación ninguno escucho el
sonido de la puerta. Y en el corazón de Yamada su propia habitación se había
vuelto otro más de sus lugares sagrados.
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Al día siguiente Raiya actuó como si nada hubiera
pasado. Pero la incomodidad de Yamada era más que evidente.
— ¡Tengamos una cita!
— ¿Una cita?
—Sí, hasta ahora no hemos tenido una formalmente. — sonrió
y paso su mano por sus cabellos.
— ¿A dónde iremos?
—Mmmmm podríamos ir al cine. ¿Te gusta la idea?
Yamada asintió feliz. Y alrededor de la tarde se olvidó
del verdadero problema, paso una amena velada con Yuto.
— ¿Te gusto la película?
—Si, me encanto.
—Me alegro. Wooo mira eso. —Estaban fuera de una
tienda de cámaras.
Yamada sonrió al ver lo emocionado que estaba.
—¿Quieres que entremos?.
—¿Podemos?.
—Vamos. — Pasaron por la puerta de entrada y Yuto
quedo maravillado con los objetos que habían. Desde cámaras nuevas, lentes, trípodes
y otro tipo de accesorios. Corrió hacia el estante de cámaras y miraba
asombrado. Yamada reía por lo bajo, al ver lo adorable que se veía mirando todas las cámaras.
— Quisiera esa cámara
— ¿No tenías una igual?
—No, esta es una nueva versión. Además la que tenía ya
no está.
— ¿Qué paso con ella?
—No lo sé. Después que saliera del hospital muchas de mis
cosas no estaban...
Yuto volteo a mirar a Yamada, y la pena lo avergonzó.
—¿Cómo sabes que tenía una cámara igual?.
—El tiempo que estuve viviendo en tu casa. — dijo
Yamada, sin el mismo saber qué era exactamente esa respuesta. Yuto solo atino a
mirarlo extrañado y se rio.
— ¿Por qué te pones tan serio?- — tomo a Yamada por
una de sus mejillas. —woo, pero realmente amaba esa cámara.
—Más que a mí.
—De ninguna manera.
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Una noche Yuto se encontraba en la sala de estar
mirando unos papeles. Mientras su madre miraba la televisión.
Sus clases empezarían pronto. Y necesita una cámara, así
que pensaba en buscar un trabajo a medio tiempo.
—Nii-san ¿Podemos hablar?
—Sí, dime Raiya.
—En privado.
—Vayamos a mi habitación.
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La habitación de Yuto estaba fría. Debido al clima y también
que dejaron una ventana abierta. La luz de la luna iluminaba incandescentemente
el lugar. Al prender la luz eléctrica.
Esta llego hasta lo diferente rincones.
Sobre la cama se sentó el dueño e hizo una seña para
que el hermano menor se acercara
— ¿De qué querías hablar? —las cortinas se movían de
una forma diferente y se ondeaban levantándose ligeramente.
—Yo te quiero,
hermano.
Las cejas se surcaron en incógnita hacia las palabras
dichas de este.
—Gracias, yo tambi..
—Pero también te odio.
El hermano mayor enmudeció.
—La primera vez que vi a Ryosuke, quede encantado con él.
Estuve completamente enamorado.
Yuto trago saliva. El tiempo del que hablaba, era
cuando para todos él estaba muerto. Su corazón dolía, y su respiración se
agito. En aquel entonces, ¿Cómo lo habría visto el mayor?.
¿Un muerto?, ¿el dolor ajeno de otras personas?.
Ryosuke pudo hacer su vida con alguien más, alguien que no era él. Alguien que
podría haber sido su hermano.
—Me esforzaba mucho para que me miraba, pero para él,
solo era un niño que adoraba a su hermano muerto.
"Hermano
muerto".
—Me gustaba tanto. Un día conocí a uno de sus amigos y
podía verse lo enamorado que se veía de él. Pero Ryosuke parecía tan lejano también
para él.
Raiya se apoyó en un mueble que se encontraba cerca de
la puerta.
—Hasta que un día él parecía diferente. Si me pongo a
recordar era como en las películas cuando
un personaje está enamorado. Pero en ese instante no lo note.
El corazón de Yuto dio un vuelco, Ryosuke estaba
enamorado.
—Pero poco a poco se fue volviendo más y más triste.
Ese amor lo estaba matando. Se iba ir de esta casa. Quería alejarse de ese
amor. Así que decidí declararme, fue entonces que me entere de quien estaba
enamorado. De la persona que yo más quería, de la persona que más admiraba, de
la persona que más extrañaba. De mi hermano.
Yuto lo miro completamente desconcertado y creyó haberlo escuchado mal. Y Raiya comenzó
a reír como loco.
—Solo imagínatelo,
la persona que quería estaba enamorado de mi hermano muerto. Había
perdido ante el fantasma de mi hermano. Una fotografía pudo más que yo.
Eso desconcertó aún más al mayor, confundiéndolo.
—Pero eso no me detuvo, somos hermanos, somos iguales,
tenemos la misma sangre. Él no te conocía bien. Yo para él podía ser tú y quien
el quisiera.
Las cosas que decía su hermano lo aturdían y su cabeza
empezaba a doler.
—Pero a él no me acepto. Y te odie. Te odie mucho,
demasiado. Tanto que no podía creérmelo.
Así que destruí todas tus cosas. Rompí todo lo que podía ver. Todo lo que me
recordaba a ti. Mis padres se enojaron mucho y mi madre lloro bastante, por qué
tú cuarto intacto tal y como lo dejaste, ya no era más eso. También llore y me
arrepentí, pero lo que paso después no fue muy complicado, gracias a que despertaste
ellos lo olvidaron. Hice cosas muy horribles, cosas que nunca pensé hacértelas
a ti.
Se inclinó 90 grados.
—Así que por todo eso y mucho más. Lo siento Nii-san. Discúlpame
por todo.
Yuto se quedó sorprendido. Y pudo observar aun en esa
fase como lagrimas resbalan de las mejillas de su hermano. Se acercó a él y lo abrazo.
—Todo está bien.
Yamada entro emocionado al cuarto de Yuto.
— ¡Yuto tengo algo que mostrarte! — le dijo súper
emocionado.
Encontrándose con la escena. El paquete que traía en
sus manos se resbalo de ellas y retrocedió algunos pasos.
—Yo yo... —Por supuesto que estaba asustado. Todo el
tiempo lo estuvo. En cualquier momento sabía que esto podría ocurrir. No es que
dejara de pensar en eso, solo intento olvidarlo. Raiya lloraba y estaba conversando con su hermano.
—Ryosuke, necesitamos hablar— fueron las palabras
apacibles que Yuto dirigió. Pero en la
mente de Yamada todo se distorsionó, sus piernas temblaron y corrieron lejos de
aquel lugar.
La verdad es que todo lo que Raiya le había dicho era
incomprensible para él, no entendía mucho. Necesitaba hablarlo con Ryosuke.
Se separó de su hermano y se acercó al paquete que
Yamada había tirado. Era la cámara que habían visto juntos.
Raiya se fue a su habitación. Y trato de llamar a
Ryosuke, pero este no contestaba. Le hizo miles de llamadas pero no daba señal.
—Ryosuke, ¿Dónde te has metido?.
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—Volviste.
Yamada se recostó sobre el sofá en la sala de Okamoto.
—Siempre supe que lo harías.
—Pero no es porque sus cenizas están desapareciendo —dijo
Yamada, estaba pálido. Su rostro blanco se mezclaba con el estampado de la
funda. Su diseño era de cebra. Y sus cabellos castaños lo des coloreaban.
— ¿Qué sucedió?
—No quiero hablar de ello.
—Te preparare un té..
—No lo quiero.
—Lo necesitas. — y sin decir más, Keito se dirigió a
la cocina.
Ryosuke solo le dio un sorbo.
—Lo arruine.
— ¿Lo arruinaste?
- Intente seducir a su hermano.
Sus manos taparon sus ojos, y se aguantaba las ganas
de llorar.
—Debe odiarme.
—¿Eso te dijo?-
—No quise hablar con él.
—¿Por qué?
—También sabe lo que sentía por él, cuando pensaba que
estaba muerto. No quiero que sus ojos me miren con desagrado.
Presiono más con sus manos, conteniéndose.
—Está bien Ryosuke, estoy a tu lado. Puedes llorar
todo lo que quieras. Guio la cabeza de Yamada hasta su pecho y lloro.
—Yo lo amo, Keito, lo amo.
-------
Yamada se encontraba durmiendo, y el celular se
iluminaba dentro de su bolsillo.
Saco el celular de su bolsillo y contesto.
— ¡Ryosuke te he estado llamando miles de veces! ¿Dónde
estás?. — La voz de Yuto de escuchaba preocupada.
—Hola, no soy Ryosuke.
— ¿Quién eres?
—Ahora no te puede atender. Está durmiendo en mis
brazos.
— ¿Dónde estás? — su tono sonó un poco oscuro
----
El timbre retumbo, acababa de posar una manta sobre Ryosuke que aún
se encontraba sobre el sofá.
—Eres rápido.
— ¿Dónde está mi novio?- —La seriedad con la que
miraba y le hablaba a Keito era asombrosa.
Keito miro al alto de arriba abajo, sintiéndose
derrotado. Yamada era completamente amado por esa persona, de donde sacaba que podía
odiarlo.
Keito formo un puño y lo ataco directamente al estómago,
tomando a Yuto con la guardia baja. Cayendo al piso del dolor.
—Eso es por hacerlo llorar.
Y luego son su pierna lo golpeo en la cara
—Y esto por hacerlo sentir inseguro.
Y sin más agarro su chaqueta y salió del lugar. Había
desquitado todo el rencor que le guardaba, ya que tal vez ya no tendría otra
oportunidad de hacerlo.
Yuto se limpió el rastro de sangre de su mejilla. Y
levanto la mirada para encontrar a Yamada durmiendo sobre el sofá.
Se levantó y movió un poco la cabeza del castaño, se sentó
y la apoyo sobre sus piernas. Mientras jugaba con su cabello. Y limpiaba las lágrimas
que estaban en sus mejillas.
Yamada se abrazó aún más a aquellas muslos y susurro
el nombre del alto.
Yuto sonrió y quito los cabellos de su rostro.
La sensación de las manos que lo tocaron fue tan
conocida y se levantó por la impresión.
—Yu..yuttoo
—Vine a buscarte —la sonrisa que le mostro Yuto al
castaño era tan cálida.
Y el castaño se abrazó completamente a él. — lo
siento, lo siento.
—¿Por qué te disculpas?
—¿Raiya te conto? Debes pensar que son un enfermo.
—No entendí mucho de eso.
—No sé exactamente como paso. Pero cuando menos me di
cuenta. El ver tus fotos, tocar tus cosas, pensar en ti, hacia latir con fuerza
mi corazón. Y necesitaba más de ti. Quería
saber más, quería verte a pesar que sabía
que estabas muerto.
Yamada volteo su rostro avergonzado y asqueado consigo
mismo.
—¿Enserio? —Yuto se sorprendió al escuchar eso y Yamada
ya no quería escuchar más —Si lo pones así. Creo que me hubiera pasado lo
mismo, si te hubiera conocido de la forma que me conociste. Y me avergüenza un
poco. Tenía cosas muy vergonzosas en esa habitación.
Yamada volteo a verlo.
—Pero aun así estoy celoso— Yuto rodeo el cuerpo del
castaño y lo acerco. — ohh y ahora como podre hacer para derrotar a mi yo
fantasma. ¿Quién es más guapo? ¿Cuál te gusta más?
Yamada rio por lo bajo y susurro lo tonto que era
Nakajima.
Hizo tantas cosas
para que él no se enterara.
—Fui a un psicólogo.
—La ciencia no puede derrotar el amor
—Me mude de tu casa
—Ni la distancia.
—Salí con varias personas.
—Ouch, ni los rivales.
—Intente seducir a tu hermano para que no te lo
contara. —Los ojos de Yuto se ampliaron —Me iba acostar con él.
—Eso si me ha molestado, ¿Paso algo entre ustedes?
—Lo cite el día que lo hicimos en mi habitación. Pero
llegaste y él no se apareció ni volvió a
tocar el tema.
—Creo que me puedo imaginar lo que paso. Y no quiero
ni pensar en lo que hubiera pasado. Tengo demasiada suerte. —Yuto abrazo
fuertemente a Yamada. —No lo vuelvas a hacer. Desde ahora contémonos todo. Así
evitamos todo esto.
Yamada se separó para mirar a Yuto a los ojos y se dio
con la sorpresa que tenía una cortada en el labio.
—¿Qué te paso?
—Parece que tu amigo me resondro. — Yamada frunció el
ceño muy molesto.
—Lo matare — Yuto se acercó a Yamada y lo beso.
—Creo que mejor nos olvidamos de él. —sus labios se fundieron entre sí.
—Keito se molestara si hacemos eso aquí —susurro entre
sus labios el castaño.
—Shh, él no tiene por qué enterarse. — y así el mayor
le regreso el beso.
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A la mañana siguiente llegaron a la casa y apenas Yuto
vio a Raiya le piso el pie haciéndolo
saltar.
— ¿Qué rayos ?¿Por qué?
—Porque te aprovechaste de Ryosuke y tuviste la intención de acostarte con él.
—¿Yo? , El intento seducirme.
—Somos hermanos, no puedes engañarme. Estoy seguro que
si fuiste a su habitación esa noche.
Raiya abrió los ojos. Y Yuto jalo su oreja. —Te daré una
lección.
—¡Nii-san déjame! Ya te pedí disculpas. —Yuto dejo de molestarlo.
—Uhwa que genial soy, igual que Keito-senpai.
— ¿Keito?, El que está enamorado de Ryosuke.
—Si.
— ¿No estas celoso?
—Por supuesto que si
—Entonces …— Yuto se sentó sobre el sofá y levanto sus
piernas sobre la mesa del medio.
—Es porque ya sabe claramente que Ryosuke es mío.
Por otro lado en la casa de Keito, abrió la puerta y sus cejas se surcaron con
molestia.
—Ryosuke— susurro con cólera, y tapo su nariz para
luego dirigirse a la ventana y abrir las cortinas.