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27 julio 2016

Confrontación (Secuela de Expresión)

Precuela : Expresión 



—Yuto— susurró el desconocido
—¡Yuto! ¿Quién es? — ....... — ¿Ryosuke?

La mujer adulta se acercó a la puerta para observar quien había tocado el timbre, dándose con la sorpresa que era el castaño que hacia un tiempo había vivido en su casa. La alegría la inundo al ver a esa persona conocida.

—Cuanto tiempo señora Nakajima — las palabras que brotaron del recién llegado la hicieron reaccionar y responder a su saludo.
— ¡Ryosuke! — Dijo eufóricamente y se acercó más a él —Si, Cuánto tiempo. ¿Cómo has estado?, — Sus ojos se estrellaron con el intenso sol que se extendía en el porche. — pero que descortés de mi parte. Adelante.
----

Entraron a la Sala, el hermano menor de Nakajima ya no se encontraba en ese lugar. Habia subido a su habitación una vez Yuto se dirigió a la puerta.

—Hace mucho que no te veía, ¿Cuánto tiempo ha sido?
—1 año.
—Cómo pasa el [Izumi1] tiempo volando, solo mírate, que guapo te has puesto.
—Muchas gracias.
—Yuto, por favor tráele algo de beber.

La mirada de Ryosuke otra vez se centró en él. Tan penetrante, como si hubiera visto un fantasma. Y tal vez eso era. Es cierto que había estado en coma y para muchos fuera un fantasma o un zombie.  Pero había algo más. No podía descifrar los sentimientos detrás de esa  mirada.  Entonces decidió proseguir su camino como le indico su madre.

—Es mi hijo mayor —comento  la señora con una sensación de dolor, de un recuerdo lejano.

Ryosuke estaba confundido.
La señora le dio una suave sonrisa —Es una larga historia. —
La incomoda sensación de querer saber lo que paso atraganto la garganta del menor.  Una opresión mascullo su pecho  y sin pensar soltó las palabras.

—¿el -él  está vivo? — La vergüenza cubrió su rostro, por el repentino atrevimiento. Pero podría ser mentira, podría ser un sueño, podría ser que  simplemente ya había caído en la locura.
 Para él era necesaria esa pregunta, aunque  sonara completamente ruda.
Los ojos de la madre se llenaron de lágrimas.
—si —las gotas resbalaron por sus mejillas. Soltando la carga que había llevado por un largo tiempo—Mí hijo está vivo — y los sollozos de la madre se escucharon. Liberando poco a poco lo que llevaba dentro de sí.
———

—Disculpa que me ponga en este estado, pero es algo que aún no puedo creer. —Cerro los respirando fuertemente mientras era extendido para ella un  pañuelo — Todas las noches entro a su habitación. Me siento a su lado y me digo: Esta aquí, no se ira, no es un sueño. — Y las lágrimas comenzaron nuevamente a caer — me alegra que su muerte haya sido una mentira, sé que mi esposo tuvo buenas intenciones. Pero aun no le puedo perdonar. —el castaño solo asintió interpretando todas las palabras que ella decía.

—Disculpa, atormentándote con mis cosas
—No se preocupe señora Nakajima,  muchas gracias por confiar en mí. Estoy seguro que las cosas con su esposo se solucionaran, ustedes están unidos por un gran lazo.
— Gracias Ryosuke.

Después de eso Yuto entro con dos tazas de té.  Y unos bocadillos.  
Se acercó y sirvió una taza de té para Ryosuke. Volviendo a encontrar sus miradas sin poder separarlas.
—¿Cómo has estado?
—Bien, entre clases, trabajos y exámenes. Decidí volver a mudarme, así que  me preguntaba si  estaba disponible la habitación que rente hace un tiempo.
—Si lo está, nadie la ha alquilado desde que te fuiste.  Además que nos encantaría volver a tenerte con nosotros.
—Muchas gracias señora Nakajima.
—Puedes venir a traspasarte cuando gustes.
— Me comunicare con usted.
— ¿Aun tienes el número de la casa?
—Si
—Raiya se pondrá muy feliz, él te quería mucho.
—¿Cómo esta él?-
—Debe estar en su habitación descansando, fue una semana muy pesada para él. Estuvo fastidiando a Yuto hace un rato. — La madre emocionada se percató de la mirada fugaz que por ratos Ryosuke le dirigía a Yuto.
—Ustedes no se conocen. No me di cuenta y sola me emocione.
—Él es mi hijo.
—Soy Yuto Nakajima, mucho gusto — le extendió la mano a la cual él se quedó mirando.
—Ryo..ryosuke Yamada— dijo algo nervioso, y Yuto retiro a su mano al ver que el castaño hacia una reverencia.
—Fue un gusto conocerte, se me hace tarde, disculpen la molestia. — La siguiente frase la soltó rápidamente.
—Para nada, fue una grata visita, te acompañare a la puerta. —...
————

Al despedirse de la señora Nakajima. 
Su rostro poco a poco se volvió, camino y camino sin cambiar su rostro sin expresión. Había pasado 1 año en terapia, para volver a su vida normal, siendo imposible.

 Así que decidió volver con el único propósito de estar cerca de su esencia, a lo que él era, a los que con él convivían, porque había solo una cosa que no podía cambiar ni un su memoria, la única verdad de toda esa excentricidad, es que Yuto Nakajima estaba muerto, y aunque soñara y deseara con todas sus fuerzas que fuera de otra forma eso no sucedería. Pero…

Cuando llego a la casa Nakajima y lo vio. Soltó su nombre sin más.
Arrepintiéndose y comenzando a racionalizar: Lo primero que pensó es que su mente le estaba dando una mala jugada. Que tal vez su mente distorsionaba a Raiya o creaba una nueva imagen. Con gestos, actitudes. Maduros. Pero todos como los recuerdos que  tenía grabados en su memoria de tanto haberlos reproducido.

 No fue hasta que la Madre le dijo que era su el hijo mayor, que  todas sus teorías quedaron anuladas. Era increíble para él,  tan extraño y tan mágico.
Lloro, y lloro sin explicarse el porqué, por horas, solo en un parque  hasta que oscureció y las lágrimas se le secaron.

Saco su móvil de bolsillo, marco un número y con una voz rasposa hablo.
—Buenas Noches, habla Yamada Ryosuke…. Podría mudarme mañana.
———

Ryosuke empacaba sus cosas
—Así que la habitación está libre — comento Keito.
—Si. Lo está. — el castaño respondió en tono bajo tratando que sus voz no afectara  al mayor.
—Volverás a la causa de tu locura.
—Creo que ahora me curará. — Le sonrió a Keito de una forma que  no había visto hace mucho tiempo— Estaré bien. No te preocupes.
—Tan feliz te hace estar cerca de las cenizas de un muerto.
—Keito ya hablamos de esto. Lo intente. Pensé que era posible olvidarlo. Pero no fue así. Y ahora las cosas son diferente. —Keito suspiro resignado y se voltio para salir de la habitación.
—Solo no me llames cuando lo que queda de él empiece a desaparecer.
—... —Una triste sonrisa se formó en Ryosuke. — Yo también espero que no desaparezca.
-----

Llego a la casa de los Nakajima y Yuto le abrió la puerta.
Tenía  un grupo de cosas pesadas.
—Hola
—Ho..Hola
—Mi madre ha salido, me dijo que  te indicara la habitación. Déjame ayudarte
—Gracias, es muy amable de tu parte. —Yuto le sonrió por lo tímido que había sonado el comentario.
Llamando la atención del mayor que se le quedo mirando.
Haciendo que Yuto se empiece a tocar el rostro.
— ¿Estoy bien? ¿Tengo algo en el rostro?
—No no lo siento. Es solo que esa sonrisa es mucho más hermosa en persona.
—¿En persona?
El rostro de Ryosuke se enrojeció.
—Es aun es… es es que hace un tiempo vi una foto tuya.
—woo fue en el tiempo en el que estaba hospitalizado. —soltó una risilla.
— ¿hospitalizado?
—Sufrí un accidente y entre en estado de coma. No tengo una experiencia ultra terrenal si quieres preguntar.
— .... — Ryosuke ya no dijo más, era un tema delicado. Preguntar era lógico, tal vez alguien más podría darle respuesta o sería mejor vivir en este encantador sueño.
— gracias...
—¿Por qué?.
— Mi madre no ha hablado con nadie sobre lo siente. Fue la primera vez. Se ha quitado un gran peso de encima, creo que ahora si podrá hablar con mi padre.  Por eso gracias.
Ryosuke se quedó sin palabras, Nakajima Yuto le había dado las gracias.
.....

Llegaron a la habitación. El mismo lugar, estaba exactamente como la dejo, como si nadie más hubiera siquiera intentado entrar. No es que hubiera polvo, era por lo que el lugar le transmitía.

—Te ayudo con algo más. — Yuto entro y cargo con las cosas.—¿Dónde puedo poner esto?.-
—Junto a la cama, por favor. — Ryosuke se acercó al lado de Yuto para depositar el equipaje que  cargaba. Pero perdió el equilibrio. Siendo detenido para que no dé con el piso por los brazos de Yuto.
—¿Estas bien?.

La situación era de por si extraña. Yuto tenía sus brazos en la cintura de Ryosuke y este los tenía sobre los hombros de Yuto.

Estaban  bastante cerca. El rostro de Ryosuke era cubierto por el pecho de Yuto. Aun sin verlo sus orejas delataban lo sonrojado que estaba.

Cuántas veces había soñado con eso. Cuántos sueños obviamente imposibles se estaban cumpliendo.
Con sus brazos rodeo el cuerpo de Yuto para poder sentirlo. Escuchar su corazón que le gritaba  que estaba vivo. Él estaba vivo, no era otro de sueños. El calor que sentían sus manos. El aroma que desprendía.

El aroma fugaz que sentía en aquella habitación en la que paso horas, ahora era tan latente.
Lo abrazo fuertemente. Perdiéndose  totalmente en la persona que tenía entre sus brazos.
Yuto  quedo estático. No solo por el hecho de estar sorprendió, sino por lo bien que se sentía. Algo dentro de él se alegraba.  Y poco a poco comenzó a responder aquel abrazo.
-……….

Los brazos de Yuto lo rodeaban.
Sus sueños siempre terminaban en la mejor parte. Volviéndose una pesadilla.
Pero todo estaba ocurriendo con tranquilidad. Se alejaron un poco, mirándose fijamente y poco a poco  se comenzaron a acercar.  Y al solo estar unos centímetros de cada uno, la puerta se abrió.

— Nii-san, ¿Qué estás haciendo aquí?. — al mirarlos, los dos ya estaban alejados. Estaban completamente sonrojados y actuando extraño.
— jajaja — yuto se comenzó a reír nerviosamente, pasando su mano por su cabeza de manera sospechosa — mamá me dijo que acompañe al nuevo inquilino y que lo ayude en todo lo que necesite. —su  hablar se volvió torpe.
Raiya voltio su mirada hacia la persona que estaba al lado de su hermano.
—¿Ryosuke?
—Hola Raiya, ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo has estado?.
—Ryosuke...- la mirada asombrada de Raiya, miro al castaño de pies a cabezas. En verdad eres Ryosuke
Ryosuke le respondió con una sonrisa.
—Has crecido un montón Raiya, estas más alto y guapo. Debes tener muchas chicas detrás de ti.
Raiya se sonrojo y a Yuto le sorprendió la reacción de su hermano. Desde que regreso del hospital, en ocasiones Raiya era algo frio con él. Pero ahora se veía diferente al pequeño hermano que conoció.
Fueron 2 años. Fue un largo sueño. A veces las cosas parecían mentira, y a veces tan reales.
Pero Raiya era su hermano, a pesar del tiempo lo conocía, podía ver que a su pequeño hermano le gustaba Yamada Ryosuke.

Una sensación de soledad vino de pronto a él, mientras observaba la amena conversación entre los otros dos.
— Iré a mi habitación, sigan conversando—  cuando les dijo eso la mirada de Ryosuke se dirigió directamente hacia él.
Aquellos ojos le decían que no se vaya. ¿Era su imaginación?. Y así fue como poco a poco recordó la escena anterior. Y se fue sonrojando.
—Los veo más tarde.
Y la figura del alto desapareció de la habitación.
—Volviste. ¿Pudiste olvidarlo?.
—No— la sincera y rápida respuesta enojo al menor.
—Hay una gran diferencia entre la fantasía y la realidad.
—Lo sé muy bien. — Raiya salió de la habitación— ¿pero no se supone que dejas de querer la fantasía cuando se vuelve realidad?—.
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Estaba recostado en su cama, mientras rebotaba una pequeña pelota haciendo que choque con el techo. Y escuchó  el sonido de la puerta de su habitación.
—Ya va— abrió la puerta y se encontró a Ryosuke.
Inconscientemente se comenzó a arreglar el pelo. Ya que había estado holgazaneando y lo tenía  revoloteado.
Se aclaró la garganta cuando se dio cuenta de lo que hacía.
—¿Necesitas algo?.
—Yo...quería preguntarte si te gustaría ser mi amigo. — Le pareció tan tierna esa pregunta.  Ryosuke se veía sonrojado y tímido.
Así que no pudo evitar reír.
Haciendo que Ryosuke levante la cabeza asustado.
—lo siento, no quería burlarme. Solo que nunca me habían hecho esa pregunta. Y me pareció algo lindo.
Y le sonrió de una forma sutil, fresca y hermosa, una sonrisa que hizo que el corazón de Ryosuke se agite violentamente— Me encantaría.

.... Semanas después…..
—Hola.
—Hola.
— ¿Qué tal tu día?
—Proyectaran una de mis obras en un estudio—.
—¿Enserio?, ¡Eso es fantástico!.
—si…, yo , tu …¿Quisieras ir conmigo? - Ryosuke le pregunto un poco reservado.
—¡Si!, Me encantaría.
Ryosuke se sentó al lado del sofá donde Yuto se encontraba.
—Ha pasado un tiempo desde que salí. Ha este paso me convertiré en un hikikomori
—y eso ¿Por qué?
—Me he estado recuperando desde hace poco. Así que aún no he podido continuar con las actividades de una persona normal.
—ya veo.  
— ¿De qué están hablando? — la madre se apareció en el lugar con unos pequeños bocadillos.
— Las obras de Ryosuke se presentaran en un estudio.
—Eso es grandioso.
—No es para tanto, solo estará una.
—Igual de todas formas es algo grande. — Respondió la Madre
—Si, verdad— sonrió de forma orgullosa Yuto— así que iré con él, el día de la proyección.
El rostro de la madre cambio rotundamente  a uno serio.
Aunque ese cambio solo fue notado por Ryosuke.
 Mientras tocaron, la puerta. Yuto se levantó a abrir. Dejando  a Ryosuke y a su madre solos.
—¿Señora se encuentra bien?
—si— suspiro — supongo que es algo que debía pasar. Aunque tengo miedo. —Le sonrió— el solo pensar en aquel accidente, me aterra, que le pueda ocurrir algo. Que desaparezca.
Ryosuke se quedó impresionado por las palabras de la mujer. Se había sentido feliz al saber que Yuto iría con él. Pero ahora también sentía miedo.
Él no permitiría que algo le sucediera a Yuto.
....

Al abrir la puerta un poco desesperado estaba un chico de cabello negro y ojos rasgados. Tenía detrás de él un ramo de rosas.
—¿Si?.
—Buenas tardes. Se encuentra Yamada Ryosuke. — Yuto lo inspeccionó lentamente. Y el otro hizo lo mismo. Algo del otro no estaba bien para ellos.
Se miraron cuidadosamente.
—Adelante— algo del otro no les gustaba.
Al ver regresar  Yuto, Ryosuke se alegró. Acercándose, pero se encontró que detrás de él estaba Keito.
—Keito —llamo el castaño, alegre de volver a ver a su amigo. —Sonriéndole alegremente.
Esto enojo un poco a Yuto. Separándose más de aquel tipo hasta volver al mismo lugar que se encontraba antes de que tocara.
Mientras Keito se conmocionaba.
—Podemos conversar
—Claro, vayamos a mi habitación.
Los oídos de Yuto habían escuchado atentamente. Y sus ojos voltearon a observar como  los dos se alejaban.
Un amargo sabor pasó por su garganta. Y se fue a la cocina a tomar un poco de agua.
......

—Cuanto tiempo Keito, siento no haberte llamado.
—Veo que estas bien.
—Si gracias, tu ¿Cómo has estado?
—Bien supongo, aunque mi amigo hace un año se enamoró de un fantasma. Y luego de que por fin logre alejarlo del cementerio. Me dijo que prefería tener un poco de él, a seguir viviendo ese tipo de vida. Aunque eso lo dañara. Se volvió loco. No se comunica conmigo desde hace un tiempo. Eso me hace pensar que tal vez se suicidó. Para poderlo amar en el otro mundo. Me armo de valor para venir. Y me sonríes como si todo estuviera bien. No sé qué pensar.
—Estoy bien Keito.
— ¿Pudiste  olvidarlo? —el castaño negó.
—¿Aunque se un poco ?
—Diría que por el contrario. Cada día le quiero más.
—Entonces no estas nada bien. — Keito saco de su bolsillo una tarjeta— Conseguí un especialista. Podemos ir a verlo juntos.
—No lo quiero.
—Eres un idiota. — el pelinegro volvió a guardar la tarjeta—  por cierto quien era la persona que me abrió.
Ryosuke se sonrojo.
 Frunciendo el entrecejo de Keito.
—él es Yuto—
Los ojos sorprendidos de Keito. Hicieron que se apartada
—¿Qué?
—No estaba muerto, Keito— recito esa frase como si hubiera liberado un oscuro dolor dejando solo rastros de alivio.
—No lo entiendo.
—Ni yo
—Entonces que es exactamente esto.
—No lo sé. Es complicado para su familia, su padre lo oculto porque estaba en un nivel de coma que era  totalmente nulo que despertara.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—Es algo increíble. Aun siento que es mentira
Keito se acercó a Ryosuke. Mirándolo fijamente.
—Tu sabes que yo por ti...

El toque de la puerta lo interrumpió.
Ryosuke fue a abrir la puerta, encontrándose con Yuto detrás de ella.
—Mi madre me dijo que les trajera té y unos bocadillos.
—A-adelante.
Solo hacía unos instantes hablaron de él.
Yuto dio un paso adelante, seguido de otro. Hasta acercarse a Keito.
—¿Dónde lo puedo dejar?
—Sobre la mesa por favor. —al hacerlo se voltio y cruzo miradas con Keito.
—¿Es tu amigo? —pregunto al castaño.
—Si.
—Mucho gusto, Okamoto Keito.
—De igual forma, Nakajima Yuto. – Se presentaron —  ¿podría quedarme con ustedes?.
—cla-claro.
—No muchas veces tengo la oportunidad de conocer un amigo de Ryosuke.
Keito por ratos lo miraba fijamente y por otros a Ryosuke.
—¿Qué es lo que hacían?
—No estábamos besando y apunto de tener sexo.
El rostro de todos se paralizo.
Y al fin el rostro de Yuto mostro el descontentó que estaba  ocultando y el enojo.
—No digas cosas absurdas Keito.
—Pero de que hablas Ryosuke, si hasta hace poco éramos una pareja feliz.
El rostro de Yuto se endureció.
—¡KEITO!
—Se me ha hecho tarde, me tengo que ir.
Este se levantó y salió de la habitación azotando la puerta.
Lentamente Yuto prosiguió a hacer lo mismo.
—¡Yuto espera!, no es lo que piensas.
Ryosuke lo detuvo. Cogiéndolo de la mano.
—Él y yo no teníamos la relación que piensas.
Yuto se voltio y se quedaron mirando.
—No es necesario que me expliques nada.
—No es eso yo — las manos de Ryosuke  sujetaron  los hombros de yuto—yo...   —
Quería decirle que lleva queriéndolo desde hacía mucho tiempo. Pero ¿cómo?, ¿Cómo lo diría? ¿Qué pensaría Yuto de él?.

Perdido en su pensamientos. Sintió una presión sobre sus labios, fue fugaz pero pudo sentir un escalofrío por todo su cuerpo, la presión en el estómago. Y su corazón a punto de salir de su cuerpo por lo rápido que golpeaba, aquellos labios eran suaves, dulces, y le transmitieron un sinfín de sensaciones que no podía describir.

—Lo lo siento, no sé qué me paso— dijo un sonrojado Yuto, intentando retroceder, pero siendo aprisionado por las manos del castaño. Que volvió a unir sus labios. Fundiéndose en un beso profundo, los labios de los dos respondían.
Se necesitaban.
Las manos de Yuto se posaron sobre la cintura del mayor y este dirigió las suyas al cuello del alto para sostenerse y poder profundizar el beso aún más.
No querían parar, no sabían cuánto tiempo llevaban así, pero ninguno quería parar. No querían alejarse. Con el solo deseo de inmortalizar ese momento.
....

La puerta de la habitación llamo y detuvo su acción.
—Ryosuke, ¿Estas allí? — era Raiya.
Sus cuerpos se separaron. Y se quedaron mirándose
—¿¿Ryosuke??-
Sonrojados, agitados y sin voz para responder.
-----

Era el día de la exposición de la obra de arte de Ryosuke. 
Las cosas hasta esa fecha se desarrollaron normalmente, Ryosuke actuaba como si nada hubiera pasado, conversaba normalmente con Yuto. Mientras Yuto estaba algo decepcionado, el esperaba algo más, después de la interrupción de Raiya  su atención se fue hacia su hermano menor. Y eso lo molesto. Aún más cuando  no veía ni una señal por parte del castaño.
Con sus actitudes solo le daba a entender que Ryosuke solo lo quería  como un amigo.
Y eso lo molestaba.
¿Qué podía hacer? ¿Ser directo y decirle sus sentimientos?. Podría ser rechazado y eso sería doloroso. Pero él había estado cerca de la muerte. No podía simplemente sentarse a esperar. Podría llegar a ocurrir una infinidad de cosas. Él tenía que vivir una vida sin arrepentimientos.  La vida era una. Debías hacer lo  sentías.
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Era la primera vez que salía en mucho tiempo. Hacía poco recién le habían dado de alta. Y ahora estaba decidido en confesar sus sentimientos.
 Pero  ¿Qué ponerse?, En tres años cuánto había cambiado la forma de vestir. Si se ponía a pensar  había visto a Raiya y Ryosuke varias veces salir. Pero no se había percatado necesariamente  en lo que llevaban puesto. Cuando Ryosuke aparecía se perdía en su rostro, razón 1 de no ver su ropa, y pues a Raiya no lo miraba atentamente. ¿Televisión?. Era más fácil pedirle algo prestado a Raiya, total  él había crecido bastante.
—Raiya, me preguntaba si tendrías algo de ropa que me pudieras prestar.
—¿Ropa? ¿Vas a salir?
—Si
—¿Mamá ya lo sabe?
—Si lo sabe
—¿Por qué ropa? Tienes un montón
—Quería algo más moderno
—Somos hombres esas cosas casi no cambian
—Eso es discriminante.
—¿No tendrás una cita?
—¡¿Qué?!, no, solo iré a ver la exposición de Ryosuke.
El ceño se frunció en el rostro de Raiya.
—Iré a buscarte algo.
—Gracias.
El menor se acercó a su guarda ropa,
—¿Cómo te llevas con Ryosuke?
—Bien es una buena persona.
—Uhmm
—Es divertido hablar con él .
—mmmm
—¿Ocurre algo?
—No, nada en especial. Solo que a mí me parece una persona hermosa, desde la primera vez que lo vi  me gusto.
Gusto.
Gusto.
Escucharlo de la boca de su hermano era diferente que suponerlo
—He tratado de conquistarlo. Pero no es muy efectivo. ¿No querrías ayudarme?
—Creo que es algo que deberías realizar solo.
—Eres mi hermano.
—A mí también me gusta.
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Yuto se puso la ropa que Raiya le dio. Trato de arreglarse. Tratante de hacerse diferente peinados, exhausto hizo el de siempre.
Bajo al primer piso.
Espero a Ryosuke  para partir juntos.
- ---

Ryosuke miraba gustoso como Yuto estaba asombrado  con todo lo de su alrededor.
Disfrutaron en el camino, conversando y riendo. Hasta llegar a la  exposición.
Caminaron por las montañas de obras mirando atentamente. Mientras Ryosuke le explicaba algunas cosas a Yuto.
Hasta llegar a la obra de Ryosuke.
Era  realmente maravillosa y emotiva. Inspiraba una gran sensación que hasta un amateur como él, podía entender.
—Es hermoso
—¿Te gusto?
—Si. Mucho
—Eso me hace muy feliz
Habían llegado a una cafetería en la que decidieron ordenar algo.
—Ryosuke— el castaño levanto la cabeza. —yo quiero de decirte lo…
—¿Pero no eres Ryosuke kun? —un extraño apareció y se acercó a ellos. —Wao hace años que no te veía, te ves súper bien. ¿Cómo has estado?. Oh lo siento interrumpí algo. ¿Estabas en una cita? —el rostro de los dos se tornó totalmente rojo
—jajaja. Lo siento sonó muy deseducado.
—Hola Hikaru-san, muy bien.
—Pues si, se ve que sí. — los dos se sonrojaron. — ¿Es el muchacho de la casa de la habitación que rentaste hace un año?
— ¿ah?
—Del que te enamoraste profundamente, y dejaste a Keito para volver a vivir allí, porque no lo pudiste olvidar.
Yuto no podía entender la situación. Enamorarse hace un año. Volver a vivir. ¿Ryosuke  volvió por su hermano?.
—Hikaru-san no digas esas cosas
— ¿por qué no? Me la debes. No sabes cuantas veces tuve que aguantar a Keito. Y a cuantos bares tuve que ir.
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El regreso fue callado ninguno de los dos dijo nada.
Hasta la casa. Donde se separaron cada uno por su lado.
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Ryosuke estaba temeroso. Quería parecer lo más normal frente a Yuto. Que él no notara los fuertes sentimientos que fluían dentro de sí.  Actuar tranquilo. Para no asustarlo como cuando le dio un beso. Fue demasiado impulsivo. Hasta parar ese beso fue difícil para él.  Y ahora lo de Hikaru. Ojala Yuto no haya comprendido.  Ojala no se entere. Ojala ...
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—¡Keito eres un idiota!, como se te ocurre contarle a Hikaru.
—No veo el problema
—¡Se lo dijo a yuto!. Si él se da cuenta, te asesino.
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Fueron 2 años. Había perdido comunicación con sus amigos. Era lo normal, nunca se preocupó por eso. Pensar en lo que ellos estarán haciendo.  Tal vez piensen que está muerto. O algunos ya ni se acuerden de él. Ese tiempo es largo, las personas cambian. Olvidan, crecen, maduran, se conocen, se enamoran...

Antes salir era natural, caminar por las calles, pero ahora todo era desconocido y lo aterraba. Las cosas como las conocía cambiaron en un parpadeo. Su hermano estaba en preparatoria.

Su hermano... Su vida...

Dentro de su habitación miro por la ventana, Cogió sus llaves dejando una nota antes de irse.
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—Buenas tardes.
La señora Nakajima se encontraba en la habitación. Tejía desesperadamente.
—¿Le ocurre algo?
—Yuto salió
—¿salió ? ¿A dónde?
—No lo sé. No dijo a qué hora venia.
—No ha intentado llamar a su celular.
—No lo llevo. — los ojos de  Ryosuke se abrieron.
—¿Recuerda cuáles son los lugares que frecuentaba antes?
—Son demasiados.
—Empecemos a buscar.

El sonido de la puerta se escuchó. Y risas provenientes del pasadizo se escucharon, mientras la madre de Yuto y Ryosuke. Hacían una lista de los lugares más concurridos.
—Estoy en casa. — al escuchar su voz. La madre se levantó súbitamente y se apresuró a abrazar a Yuto.
—¿Dónde estabas?
—Salí a caminar, te deje una nota.
—Debiste decirme, pude acompañarte.
—No te preocupes, aquí estoy.
La madre desesperada lloraba sobre sus brazos. Yuto acariciaba su espalda para calmarla.
Mientras Ryosuke miraba con ojos cristalinos esa escena. Él también quería abrazarlo. Y decirle que era un tonto por haber salido sin avisarle. Él podía haberlo acompañado. Gritarle y abrazarlo.
—Buenas noches, siento la intromisión.
La madre se secó las lágrimas para observar de quien era la voz.
— ¿Chinen-kun?
—¡Madre!
—¿¿Madre?? — repitió en su mente Ryosuke
—¿Cómo has estado?
—Bien
—¿Cómo así se volvieron a reunir?
—Estaba caminando por las calles y encontré a Yuto. Me sorprendió bastante. Pensé que era mi imaginación o una persona bastante parecida, hasta que él me reconoció y me explico algo de lo que paso. Me alegro bastante.
—Estuvimos conversando bastante tiempo y se nos fue la hora. Así que decidí invitarlo a cenar. —se dirigió a su madre el alto.
—Me alegra mucho que lo hicieras. Me gusta mucho verlo. Y estoy contenta de que se hayan reencontrado.
—Iré a preparar la cena. — Hizo una reverencia— gracias Ryosuke por ayudarme. Si me disculpan me retiro.
—wao y ¿este chico tan atractivo?  — dijo con voz alta chinen
Siendo mirado de manera asombrada por Ryosuke
—Mucho gusto. Soy Yamada Ryosuke
—No me digas que es tu novio Yuto
El sonrojo apareció en los dos. Pero Yuto lo negó  manera melancólica.
Poniendo algo triste al castaño.
—entonces es el de Raiya.
En ese momento Yuto se quedó callado. Y al ver que este no respondió. El mayor lo negó rotundamente.
—Estoy viviendo como inquilino en esta casa.
—waoo! Pero eres bastante atractivo.  Ten cuidado que unos de estos días uno de los dos hermanos te puede asaltar.

Al rostro de Yamada este chico era alegre, carismático,  gracioso y estuvo enamorado de yuto.
¿Qué cómo lo sabía? Pues había revisado cientos de veces los album de Yuto.  Tenía muchas fotos con él.  Yuto hablaba de él en sus videos. Había salido en algunos también. Claro que no solo él. También sus demás amigos. A los cuales también recordaba. Pero aquel que estaba parado frente suyo estaba enamorado de Yuto. Pues era obvio en  sus ojos.
—Iremos a mi habitación, Ryosuke podrías decirle a mi madre que Chinen se quedara a cenar.
—Oh no Yuto, no te preocupes por mí.
—Vamos, hace tiempo que no nos vemos. Tenemos mucho que hablar.

¿Habitación?.

Había estado constantemente allí, pero ahora ¿Cómo estaría esa habitación?...  Ahora que habitaba constantemente ese lugar.  Debía estar llena de su presencia, olor, Igual que la casa. Adoraba cada lugar de la casa. Porque Yuto estaba allí. Pero su habitación. No la había pisado en mucho tiempo.

—¿Ryosuke y los chicos?
—subieron a su habitación.
—me alegra mucho que Yuto se haya reencontrado con uno de sus amigos. 
Ryosuke solo sonrió despacio y camino hasta las escalares.

Al estar fuera la habitación de Yuto. Le invadió la curiosidad. Podría escuchar un poco.
Se acercó  y pego la oreja a la puerta.
—Yuto para, duele muchooo.
—Pero te vas a sentir mejor.
—No, solo sácalo, por favor Yuu-chan.

La mente muchas veces te juega pasadas. Pero ese instante se vuelve infinito. Ryosuke toco la manija y la giro abriendo la puerta rápidamente. Asesinaría a ese chico.

Chinen sentado sobre la cama de Yuto. Mientras el alto sostenía una aguja.
Los tres se quedaron mirando. Mientras poco a poco la expresión de Ryosuke se desvanecía. Para mostrarse avergonzado.
Chinen sonrió de lado.
—Disculpen. Por no tocar. Quería unirme a ustedes.
—Oh pero un trio es demasiado para mí. Acabaría exhausto.
Eso encendió un odio dentro de Yamada.
— Otra vez tus bromas extrañas
—lo siento. Entonces lo podemos intentar.
—Dejare esa astilla allí para que te siga doliendo.
—¡Que cruel! Me duele mucho.
—Eso te pasa por tocar mis cosas.
—Era un bonito cuadro.

Ryosuke dio una pasada por toda la habitación. La cual estaba completamente diferente. Como si hubieran hecho una remodelación completa.

—Oh disculpa la descortesía de Yuu-chan, siéntate donde  desees.
Por qué se tomaba tantas atribuciones.
Yamada lentamente tomo asiento en uno de los sillones
—Buena táctica lejos de la cama.
Yuto lo volvió a mirar mal.
—¿Qué estaban haciendo? — Inicio la conversación el castaño.
—Conversábamos
—Siento si interrumpí
—Ya habíamos terminado de hablar temas serios. Íbamos a pasar a la diversión — cuando menciono eso guiño un ojo. 
Era inevitable que Ryosuke no formara un gruño y eso hizo reír a chinen.
—Lo siento es que me resulto gracioso. —Dijo entre risas mientras su celular empezaba a sonar.
—¿Si? ¿Hola? ... El habla.... ¿En este momento?.... Entiendo.
—Me tengo que ir. Me llaman del trabajo.
—Pero aun no has cenado.
—Me encantara probar la comida de tu madre en otra ocasión. —se dirigió al alto. —fue un gusto conocerte Ryosuke-kun, parece que los dejare solos. Si se la vas a tocar, déjame decirte que le gusta que.......
—¡¡¡Chinen!!!
—jajaja bye bye. —salió de la habitación cerrando la puerta.

—Disculpa. Siempre dice incoherencias.
Ryosuke se encontraba con la cabeza agachada. Todo su flequillo ocultaba sus ojos. Sus labios extendidos con una expresión helada.
Yuto se enmudeció.
—¿ustedes tienen ese tipo de relación?
¿Queee?? No, claro que no. Es mi amigo. No lo veo desde mucho antes de mi accidente. Siempre dice cosas raras pero nunca hemos tenido nada. 

Los labios de Ryosuke sonrieron.

—Hablaba de que si eran amigos cercanos
—Pues supongo. Aunque él es así con todo el mundo.
Yuto se sonrojo. Ryosuke solo sonreía ante la escena.
—Tu habitación se ve diferente.
— ¿Has estado aquí antes?
—s..si —sus respuestas empezó a ser nerviosa— en una ocasión Raiya me la mostro.
—Raiya— los ojos de Yuto se apagaron. — si, esta diferente a como estaba. Después que regresara ya estaba así. 2 años es bastante tiempo.  Las cosas cambian.
—Nunca hemos hablado de tu recuperación.
—No hay mucho que contar. Solo abrí los ojos. Y me dijeron que tuve un accidente.  Cuando vi a mi familia pude darme cuenta que no fueron unas horas las que estuve dormido. Aunque la recuperación tomo su tiempo. … Debe ser extraño para ti.
—¿Extraño?
—Te dijeron que estaba muerto. Cuando escuchaste por primera vez de mí.  Debí ser sola una imagen, una parte de los recuerdos de mi hermano.
—¡No es cierto!. No fue así. No eras eso.
—Gracias por ser tan amable.
—En verdad no fue así.

Yuto se acercó y acaricio la cabeza de Ryosuke
.
—Gracias Ryosuke. —bajo su mano hasta la mejilla del castaño. — Me gustas — el cuerpo de Ryosuke se congelo y sintió que se erizaba cada parte de su piel. — Me hubiera gustado conocerte primero, así tal vez hubiera tenido una oportunidad. —el calor de la mano de Yuto desapareció. Dejándolo en ese lugar. Sin entender a qué se refería. —Quiero que sepas que tienes todo mi apoyo. Raiya puede ser un poco terco,  pero es un buen chico.
El rostro de Ryosuke se movió en negación y cogió de la camisa al alto. Sujetando fuertemente con sus dos manos — ¿De que estas hablando?
—Que te tienes mi apoyo.
— ¡¿Por qué tengo tu apoyo?!
—Porque eres una maravillosa persona,  y estoy seguro que Raiya también te quiere.
— ¡¿Por qué me dices eso!? Tú y yo  nos besamos. ¿De dónde sacas que estoy enamorado  de tu hermano?
—Tu.. Amigo. Dijo que habías vuelto por el chico del que te enamoraste.
Ryosuke se sorprendió. Y con sus dos manos tomo el rostro de Yuto y lo beso.
—Nunca he estado enamorado de tu hermano. —La voz de Ryosuke era firme.
Y Yuto solo asintió con su cabeza.

Ryosuke sonrió y se acercó para nuevamente besarlo pero esta vez siendo correspondido.
Sus manos se enredaron en los cabellos del alto y sintió como las de él se posicionaron en su cintura.
Era un beso apasionado. Daban pasos que guiaron hasta la cama del alto, en la que recostó al castaño. Y siguió besándolo. Sobre él.
Era la habitación de Yuto. Aunque habían cambiado muchas cosas.  Era el mismo cuarto. La misma cama. El mismo colchón por los que paso añorando.
Las manos de Yuto se mezclaron en su cuerpo. Y fueron subiéndole la camiseta. Mientras dejo de besarlo para devorar su cuello. Sus manos siguieron moviéndose por los cabellos del menor.
Si los sueños se volvieran realidad. No se compararían con ese momento. Lo que sentía en realidad  no podría ni imaginárselo el Ryosuke de ese entonces.
Las manos del menor dejaron de tocar su torso para dirigirse a su pantalón. Había desabrochado y estaba a punto de bajar el cierre. Cuando tocaron la puerta.
—Chicos la cena ya está lista.
Sus respiraciones agitadas. Manos detenidas y miradas profundas. Con rostros que se fueron tornando más y más avergonzados. Yuto se levantó lentamente.
—Ve primero. Iré  al baño. Nos vemos abajo.
Ryosuke se quedó allí sin moverse. Tomo la almohada de Yuto y aspiro su almohada.  Que olía completamente a él. Y comenzó a sonreír y abrazar fuertemente la almohada.
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Yuto se lavaba una y otra vez el rostro.  Mirándose al espejo y sin poder borrar la tonta sonrisa que se le formaba.
—No estaba enamorado de Raiya~ .
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A la mañana siguiente Yuto se levantó temprano.  El día se sentía diferente. Despejado y claro.
Corrió la cortina de su habitación y respiro la refrescante brisa matutina. Comenzó su día como todas las mañana, con ejercicios matutinos y su aseo diario. Para posteriormente bajar las escaleras y desayunar con su familia.
En el comedor se extendían 6 sillas ordenadas formalmente, en los extremos cortos  una en cada uno y dos en cada extremo largo de la mesa rectangular. El tomo asiento al lado de Raiya y frente a él se encontraba el que hacía que  su corazón latiera  de esa forma, mirándose entre ellos de forma discreta. 
En un extremo tomo asiento la madre, dejando dos asientos vacíos, uno que no era usado y el otro del padre.
—Yuto, hoy vendrá a recogerte tu padre, para llevarte a tu revisión médica—
En momentos como ese era extraño  recordar que estuvo dormido por tanto tiempo,  y también era extraño para él, que Ryosuke escuchara eso.
—Ryosuke, ¿Cómo te fue en tu exposición? —
—Muy bien tuve  críticas positivas, y me pidieron volver a presentar otras de mis obras.
—Eso es estupendo
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Horas después el atardecer se alejaba para dar lugar a la noche, El señor Nakajima volvió de la visita del Medico con el mayor de sus hijos, acompañándolo a la entrada de su hogar.
—Madre ya estoy en casa, —Detrás de él se encontraba el padre  con un paraguas, había empezado a llover repentinamente,  y justo se dirigía hasta la salida, pero se encontró con la madre de sus hijos.
—Hola
—Hola. —Respondió ella también.
 — El doctor dijo que él está bien — sonrió de forma decaída,  el padre había estado viviendo  solo en un apartamento por el problema ocurrido.  Cuando se supo la verdad,  para la madre y Raiya todo fue un shock,  se sintió traicionada  por la persona que amaba, le oculto la verdad y la separo de su  hijo. Ella no podía perdonarlo, por eso él dejo la casa, por eso se separó, y hacia un año que no hablaban.
—¿Quieres quedarte a cenar? — la pregunta sorprendió al hombre mayor,  y asintió  afirmativamente  ante la propuesta.
Mientras Yuto los miro de manera cómplice, y entro silbando, dejándolos solos  para que tuvieran un poco de espacio.
La cena estaba servida, la silla faltante estaba por fin ocupada  y todos conversaban  animadamente; sus experiencias y todo lo que deseaban hacer;  los problemas del trabajo para el padre,  las actividades el instituto para  Raiya, y lo complicado que era llevar las cosas para la madre. Tan ocupados, tan animados y dentro de ellos estaban Yamada y Yuto que perdidos en su mundo se miraban atrapados por cada uno.
El padre empezó a reír y tomo la palabra de la conversación.
—El doctor me dijo que Yuto estaba completamente bien, que podía realizar cualquier actividad de un chico de su edad.
— ¡Eso es muy bueno!— exclamo  la madre
—Sí, ¿verdad, Yuto?- el nombrado  alejado de la conversación asintió y cogió su vaso con sumo y empezó a beber — Hasta Yuto le pregunto si podría tener sexo. — con el zumo en la garganta se atraganto, y casi se ahoga, mi entras el castaño se sonrojaba y  comenzaba a reír.
—Querido a vergüenzas a nuestro hijo.
—Por supuesto que no, él ya es todo un hombre.
Habían pasado dos cosas que tardaron en asimilar, la primera fue el brote de dulzura de la madre al decirle querido a su esposo, y lo segundo era cierto, había pasado mucho tiempo y ahora era mayor de edad. El accidente ocurrió justo después de la graduación, del instituto.  Sus proyectos para la vida se vieron congelados allí,  en ese momento él se estaba presentando para una escuela de fotografía a la tenía muchas ganas de asistir.
—Entonces Yuto ¿qué has empezado hacer con tu futuro? — la seriedad  con la que el padre hizo la pregunta  tomo la atención de todos, envolviéndolos en el tema crucial.
—Quiero estudiar fotografía — los padres miraron solemnemente y aun con lágrimas en los ojos asintieron con una sonrisa. Y terminaron la velada.
Eran las 10 de la noche y la puerta de su habitación tuvo un toqueteo, la abrió  sin preguntar; ya  imaginaba quien podría ser.
— ¿Qué tal tu día? —
—Fue entretenido—
—Parece que tu padre se quedara a dormir.
—Si, eso es bueno.
Se sentaron uno al lado del otro  sobre la cama y el castaño apoyo su cabeza sobre el hombro del alto.
—Mmmm fotografía, creo que es perfecto para ti, te queda demasiado bien.
— ¿Me dejarías tomarte fotos?
—Mi tarifa para ser modelo es cara —  sus manos se  extendieron  sobre sus hombros y levanto su cabeza para mirar al menor directamente a los ojos.
—Pagare lo que sea necesario. — Una sonrisa sensual se extendió por los labios del castaño.
— Entonces podrías empezar desde ahora—  y sin esperar más unieron sus labios, de manera delicada. Y profundizaron aún más aquel beso.
Entre aquella unión Yuto cambio sus posiciones y Yamada término debajo de él, en la extensión de la cama.
 Pasó sus manos por detrás del cuello del alto e introdujo sus manos  por su ropa.   Ocasionando que Nakajima también hiciera lo mismo, encendiendo algo dentro de él. Sobre sus labios abrió paso a su lengua por dentro de la cavidad del castaño,  chocando con su lengua   y pegándose a su paladar  en algunas ocasiones, empezando a compasarse con la lengua del castaño.
Sus labios se mezclaban y poco a poco la ropa fue desapareciendo dejando solo sus cuerpos desnudos, unidos. No fueron necesarias las palabras, solo basto con ese acto para que se dieran cuenta que no se separarían. Al unir sus cuerpos, sus corazones y su mente, todo para ellos estaba claro. Al terminar durmieron abrazados sintiendo el palpitar de sus corazones.
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Los días pasaron y Yuto se presentó para el examen de la escuela de fotografía.
Estaba nervioso,  pero a su lado esperando se encontraba Yamada, tomados de las manos.
El castaño sentía el nerviosismo y la calidez de aquella mano, sonrió de felicidad apretando un poco más, para ser visto por él. Abrazándose cuando supieron los resultados.

La mañana después de esa, se deslizaba en la suave brisa de sus cuerpos que sentían calidez al estar abrazados. Yamada miraba el rostro del alto  mientras respiraba lentamente. Yuto ese día tenía que presentar sus papeles en la escuela a la fue admitido. Era un poco tarde pero él seguía completamente dormido.
Poco a poco abrió los ojos y beso al mayor.
—Disculpa—dijo avergonzado—Fue un impulso. —
Yamada negó con una sonrisa y mejillas sonrojadas.  Abrazo nuevamente a Nakajima para quedar entre sus brazos y rozar sus cuerpos. Quien le devolvió el abrazo e inhalo el dulce aroma que este desprendía.
—¿Sabes qué hora es?
—Son las 7:30am —
—Es tarde —exclamo y se levantó rápido de la cama. Destapando de igual manera a Yamada. Dejando a la vista el cuerpo desnudo de este, con rastros de lo que había pasado la noche anterior. Se sonrojo completamente, así que le entrego una polera.
—Úsala—susurro avergonzado—sigue durmiendo. Hasta la hora que te sientas mejor.
Yamada sonrió por lo tierno que era su novio  y tomo la polera que este le entrego. Mirándola detenidamente. Era la misma que él usaba cuando pensaba que Yuto estaba muerto…
—Volveré lo antes posible. —Nakajima se había alistado lo más rápido que pudo.  Y se acercó al mayor. —Disculpa por lo de anoche — dijo sonrojado refiriéndose a la esencia que dejo dentro del castaño.
— Descuida, me gusta — y sin poder resistirse más, lo abrazo completamente  y lo beso.
—Es tarde— dijo entre sus labios Yamada, con él más grande pesar.
—Si— exclamo y corrió rápidamente hacia la puerta. Y de allí se voltio — Te amo. —pronuncio esa dos palabras, salió por la puerta y la cerro.
El rostro de Yamada se ilumino y comenzó a rodar por la cama emocionado.  Hasta que sintió como un líquido se escurría por sus piernas. Y su rostro empezó a enrojecer. 
Tomo la almohada y aspiro su olor. Para que quedara grabado en su memoria. Antes todo lo que le estaba pasando hubiera sido imposible siquiera imaginarlo.  Era la misma camiseta, aunque todo lo que estaba en aquel cuarto era diferente, aunque toda la demás ropa que tenía fuera diferente, todos los objetos, accesorios y  más cosas no estuvieran. La esencia y el olor del lugar tenían aún más de él, de lo que tenía la antigua habitación.  Cada rincón de ese cuarto era ocupado por él. La camiseta que usaba ahora, era aún más preciada en ese momento que antes.
La puerta de la habitación se abrió, y Yamada se levantó de las sabanas de la impresión. Terminando sentado sobre la cama.
—Nii-san podrías darme.... — Sus ojos se cruzaron  y la relajada actitud de Raiya  cambio — ¿Qué haces aquí? —La imagen era más que obvia. Y los dos quedaron impactados.
—No es lo que piensas
— ¿Qué crees que es lo que pienso?
—Estoy aquí con su consentimiento.
“¿Con su consentimiento? ¿Con su consentimiento?” Esta imagen ya se le hacía conocida. Hace mucho estaba en una situación parecida, con la misma persona. 
Y así empezó a reír de toda esa ironía. Sorprendiendo a Yamada.
— ¿Solo imagínatelo?, ¿No es gracioso?.
Yamada solo lo miraba confundido.
— ¿Qué pasaría si Nii-san se entera? ¿Qué haría? ¿Cómo te miraría?,  ¿Miedo? ¿Asco? ¿Repulsión?, Ya quiero saber cuál es. —
Cuando  menos se dio cuenta Yamada se encontraba a unos centímetros de él.  Y lo tenía agarrado del cuello. 
—No lo harás— la expresión de Ryosuke era diferente a la que nunca hubiera visto.  Como si en ese instante  lo fuera a  asesinar. O eso es lo que pensó, sus piernas vacilaron pero aun así su  boca no se sometió.
— ¿Cómo podrías impedirlo?
Yamada palideció, no sabía qué hacer. ¿Qué podía hacer? ¿Qué es lo que deseaba Raiya?.
Sus manos recorrieron el cuello del hermano y este tembló. Con la expresión de hace unos instantes, la idea de matarlo no era imposible. Pero aquellas manos se elevaron en sus mejillas.
—Estás enamorado de mí, ¿Verdad?
Entonces una fría expresión seductora se abrió paso.
Una expresión que Raiya nunca había visto, ¿podría su hermano conocerla? ¿Podría su hermano haberla poseído? ¿Cuantas veces habrían tenido sexo y Yamada  le habría mostrado aquella expresión?. Trago saliva por lo extraño del momento.
—Me gusta guardar secretos. ¿Guardarías este por mí?. — Yamada se acercó tentadoramente a sus labios.   —¿Qué piensas del sexo? ¿Lo conoces? Eres un muchacho de instituto. Si no es así. Yo podría enseñártelo.
La desesperada tensión del menor se sintió,  y sin aguantarse más, corrió un poco más su rostro para unir sus labios. Pero fue esquivado. 
—¡Aquí no!- —grito Yamada sin medirse. Herido por el atrevimiento del otro. — En mi habitación, hoy a  las 12 de la noche. —y sin más, lo boto.
Quedando sobre la puerta y empezando a llorar.
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Cuando Nakajima llego, no encontró a Yamada. Llamo a su número pero no le contestaba.
A la hora de la cena no estuvo presente. Aunque le envió un mensaje diciéndole que estaría ocupado hasta el día siguiente.
Su hermano estaba extremadamente callado, pensativo  y desorientado.
Yuto trato de hacerle algunas bromas, pero este no respondió.
A la hora de dormir. Se preguntó si Yamada habría comido aunque sea algo. No le gustaría que  se enfermera. Siendo las 12:00 sin contenerse más decidió bajar.
Tomo unos bocadillos  y los preparo para después subir al cuarto de Yamada. Toco la puerta de su habitación y fue recibido lentamente. Como si su visita no fuera deseada. Al encontrarse cara a cara. Yuto pudo observar las ojeras y ojos rojos que se habían formado en Yamada.
—¿Qué te paso? — Yamada observo los ojos de preocupación, la comida que traía entre sus manos y no pudo evitar llorar y abrazarlo fuertemente.
Yuto no entendía que es lo que exactamente pasaba.
—No me dejes— decía el más bajo aferrándose completamente. Las lágrimas chocaban con la ropa de Yuto mojándola.
—Calma— susurro Yuto. —No lo hare — le dijo mirándolo directamente. —¿Qué cosas estás pensando?, te amo demasiado. — y así unió sus labios con el castaño. Se adentró más a la habitación  y dejo  los bocadillos por algún lugar. Mientras volvía a los brazos de Yamada para seguir besándolo y recostarlo sobre la cama.
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Raiya estaba asustado. Eran las 12:00.  Inhalaba y exhalaba.
Era un chico virgen de instituto. Y realmente pasaría con la persona que deseaba que pasara.
Aunque esa persona amara a su hermano.
Aunque era el novio de su hermano
Aun cuando “el mismo” amaba a su hermano.
La depresión cayó sobre él y ya eran las 12:30.
Con un pesar sobre sus hombros, sus pies se movieron hacia aquella habitación.  Iba tocar pero la puerta solo estaba junta, empujo poco y el sonar de unos gemidos retumbo por sus oídos.
Yuto se encontraba sobre Yamada moviéndose intensamente. Mientras el castaño se aferraba a la espalda del alto. Gimiendo sin cesar.
—Yuto te amo —Eran las palabras que repetía con el poco aliento que le quedaba y a veces entrecortadamente.
—Yo también te amo Ryosuke. —es lo que le respondió el otro.
Sin poder mirar  más esa escena, cerró la puerta y corrió lejos de allí llorando.
Mientras en aquella habitación ninguno escucho el sonido de la puerta. Y en el corazón de Yamada su propia habitación se había vuelto otro más de sus lugares sagrados.
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Al día siguiente Raiya actuó como si nada hubiera pasado. Pero la incomodidad de Yamada era más que evidente.
— ¡Tengamos una cita!
— ¿Una cita?
—Sí, hasta ahora no hemos tenido una formalmente. — sonrió y paso su mano por sus cabellos.
— ¿A dónde iremos?
—Mmmmm podríamos ir al cine. ¿Te gusta la idea?
Yamada asintió feliz. Y alrededor de la tarde se olvidó del verdadero problema, paso una amena velada con Yuto.
— ¿Te gusto la película?
—Si, me encanto.
—Me alegro. Wooo mira eso. —Estaban fuera de una tienda de cámaras.
Yamada sonrió al ver lo emocionado que estaba.
—¿Quieres que entremos?.
—¿Podemos?.
—Vamos. — Pasaron por la puerta de entrada y Yuto quedo maravillado con los objetos que habían. Desde cámaras nuevas, lentes, trípodes y otro tipo de accesorios. Corrió hacia el estante de cámaras y miraba asombrado. Yamada reía por lo bajo, al ver lo adorable que se veía mirando  todas las cámaras.
— Quisiera esa cámara
— ¿No tenías una igual?
—No, esta es una nueva versión. Además la que tenía ya no está.
— ¿Qué paso con ella?
—No lo sé. Después que saliera del hospital muchas de mis cosas no estaban...
Yuto volteo a mirar a Yamada, y la pena lo avergonzó.
—¿Cómo sabes que tenía una cámara igual?.
—El tiempo que estuve viviendo en tu casa. — dijo Yamada, sin el mismo saber qué era exactamente esa respuesta. Yuto solo atino a mirarlo extrañado y se rio.
— ¿Por qué te pones tan serio?- — tomo a Yamada por una de sus mejillas. —woo, pero realmente amaba esa cámara.
—Más que a mí.
—De ninguna manera.
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Una noche Yuto se encontraba en la sala de estar mirando unos papeles. Mientras su madre miraba la televisión.
Sus clases empezarían pronto. Y necesita una cámara, así que pensaba en buscar un trabajo a medio tiempo.
—Nii-san ¿Podemos hablar?
—Sí, dime Raiya.
—En privado.
—Vayamos a mi habitación.
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La habitación de Yuto estaba fría. Debido al clima y también que dejaron una ventana abierta. La luz de la luna iluminaba incandescentemente el lugar. Al prender la luz  eléctrica. Esta llego hasta lo diferente rincones.
Sobre la cama se sentó el dueño e hizo una seña para que el hermano menor se acercara
— ¿De qué querías hablar? —las cortinas se movían de una forma diferente y se ondeaban levantándose ligeramente.
 —Yo te quiero, hermano.
Las cejas se surcaron en incógnita hacia las palabras dichas de este.
—Gracias, yo tambi..
—Pero también te odio.
El hermano mayor enmudeció.
—La primera vez que vi a Ryosuke, quede encantado con él. Estuve completamente enamorado.
Yuto trago saliva. El tiempo del que hablaba, era cuando para todos él estaba muerto. Su corazón dolía, y su respiración se agito. En aquel entonces, ¿Cómo lo habría visto el mayor?. 
¿Un muerto?, ¿el dolor ajeno de otras personas?. Ryosuke pudo hacer su vida con alguien más, alguien que no era él. Alguien que podría haber sido su hermano.
—Me esforzaba mucho para que me miraba, pero para él, solo era un niño que adoraba a su hermano muerto.
"Hermano muerto".
—Me gustaba tanto. Un día conocí a uno de sus amigos y podía verse lo enamorado que se veía de él. Pero Ryosuke parecía tan lejano también para él.
Raiya se apoyó en un mueble que se encontraba cerca de la puerta.
—Hasta que un día él parecía diferente. Si me pongo a recordar era como en las películas cuando  un personaje está enamorado. Pero en ese instante no lo note.
El corazón de Yuto dio un vuelco, Ryosuke estaba enamorado.
—Pero poco a poco se fue volviendo más y más triste. Ese amor lo estaba matando. Se iba ir de esta casa. Quería alejarse de ese amor.  Así que decidí declararme,  fue entonces que me entere de quien estaba enamorado. De la persona que yo más quería, de la persona que más admiraba, de la persona que más extrañaba. De mi hermano.
Yuto lo miro completamente desconcertado  y creyó haberlo escuchado mal. Y Raiya comenzó a reír como loco.
—Solo imagínatelo,  la persona que quería estaba enamorado de mi hermano muerto. Había perdido ante el fantasma de mi hermano. Una fotografía pudo más que yo.
Eso desconcertó aún más al mayor, confundiéndolo.
—Pero eso no me detuvo, somos hermanos, somos iguales, tenemos la misma sangre. Él no te conocía bien. Yo para él podía ser tú y quien el quisiera.
Las cosas que decía su hermano lo aturdían y su cabeza empezaba a doler.
—Pero a él no me acepto. Y te odie. Te odie mucho, demasiado. Tanto  que no podía creérmelo. Así que destruí todas tus cosas. Rompí todo lo que podía ver. Todo lo que me recordaba a ti. Mis padres se enojaron mucho y mi madre lloro bastante, por qué tú cuarto intacto tal y como lo dejaste, ya no era más eso. También llore y me arrepentí, pero lo que paso después no  fue muy complicado, gracias a que despertaste ellos lo olvidaron. Hice cosas muy horribles, cosas que nunca pensé hacértelas a ti.
Se inclinó 90 grados.
—Así que por todo eso y mucho más. Lo siento Nii-san. Discúlpame por todo.
Yuto se quedó sorprendido. Y pudo observar aun en esa fase como lagrimas resbalan de las mejillas de su hermano. Se acercó  a él y lo abrazo.
—Todo está bien.
Yamada entro emocionado al cuarto de Yuto.
— ¡Yuto tengo algo que mostrarte! — le dijo súper emocionado.
Encontrándose con la escena. El paquete que traía en sus manos se resbalo de ellas y retrocedió algunos pasos.
—Yo yo... —Por supuesto que estaba asustado. Todo el tiempo lo estuvo. En cualquier momento sabía que esto podría ocurrir. No es que dejara de pensar en eso, solo intento olvidarlo. Raiya  lloraba y  estaba conversando con su hermano.
—Ryosuke, necesitamos hablar— fueron las palabras apacibles que Yuto dirigió. Pero  en la mente de Yamada todo se distorsionó, sus piernas temblaron y corrieron lejos de aquel lugar.
La verdad es que todo lo que Raiya le había dicho era incomprensible para él, no entendía mucho. Necesitaba hablarlo con Ryosuke.
Se separó de su hermano y se acercó al paquete que Yamada había tirado. Era la cámara que habían visto juntos.
Raiya se fue a su habitación. Y trato de llamar a Ryosuke, pero este no contestaba. Le hizo miles de llamadas pero no daba señal.
—Ryosuke, ¿Dónde te has metido?.
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—Volviste.
Yamada se recostó sobre el sofá en la sala de Okamoto.
—Siempre supe que lo harías.
—Pero no es porque sus cenizas están desapareciendo —dijo Yamada, estaba pálido. Su rostro blanco se mezclaba con el estampado de la funda. Su diseño era de cebra. Y sus cabellos castaños lo des coloreaban.
— ¿Qué sucedió?
—No quiero hablar de ello.
—Te preparare un té..
—No lo quiero.
—Lo necesitas. — y sin decir más, Keito se dirigió a la cocina.
Ryosuke solo le dio un sorbo.
—Lo arruine.
— ¿Lo arruinaste?
- Intente seducir a su hermano.
Sus manos taparon sus ojos, y se aguantaba las ganas de llorar. 
—Debe odiarme.
—¿Eso te dijo?-
—No quise hablar con él.
—¿Por qué?
—También sabe lo que sentía por él, cuando pensaba que estaba muerto. No quiero que sus ojos me miren con desagrado.
Presiono más con sus manos, conteniéndose.
—Está bien Ryosuke, estoy a tu lado. Puedes llorar todo lo que quieras. Guio la cabeza de Yamada hasta su pecho y lloro.
—Yo lo amo, Keito, lo amo.
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Yamada se encontraba durmiendo, y el celular se iluminaba dentro de su bolsillo.
Saco el celular de su bolsillo y contesto.
— ¡Ryosuke te he estado llamando miles de veces! ¿Dónde estás?. — La voz de Yuto de escuchaba preocupada.
—Hola, no soy Ryosuke.
— ¿Quién eres?
—Ahora no te puede atender. Está durmiendo en mis brazos.
— ¿Dónde estás? — su tono sonó un poco oscuro
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El timbre retumbo,  acababa de posar una manta sobre Ryosuke que aún se encontraba sobre el sofá.
—Eres rápido.
— ¿Dónde está mi novio?- —La seriedad con la que miraba y le hablaba a Keito  era asombrosa.
Keito miro al alto de arriba abajo, sintiéndose derrotado. Yamada era completamente amado por esa persona, de donde sacaba que podía odiarlo.
Keito formo un puño y lo ataco directamente al estómago, tomando a Yuto con la guardia baja. Cayendo al piso del dolor.
—Eso es por hacerlo llorar.
Y luego son su pierna lo golpeo en la cara
—Y esto por hacerlo sentir inseguro.
Y sin más agarro su chaqueta y salió del lugar. Había desquitado todo el rencor que le guardaba, ya que tal vez ya no tendría otra oportunidad de hacerlo.
Yuto se limpió el rastro de sangre de su mejilla. Y levanto la mirada para encontrar a Yamada durmiendo sobre el sofá.
Se levantó y movió un poco la cabeza del castaño, se sentó y la apoyo sobre sus piernas. Mientras jugaba con su cabello. Y limpiaba las lágrimas que estaban en sus mejillas.
Yamada se abrazó aún más a aquellas muslos y susurro el nombre del alto.
Yuto sonrió y quito los cabellos de su rostro.
La sensación de las manos que lo tocaron fue tan conocida y se levantó  por la impresión.
—Yu..yuttoo
—Vine a buscarte —la sonrisa que le mostro Yuto al castaño era tan cálida.
Y el castaño se abrazó completamente a él. — lo siento, lo siento.
—¿Por qué te disculpas?
—¿Raiya te conto? Debes pensar que son un enfermo.
—No entendí mucho de eso.
—No sé exactamente como paso. Pero cuando menos me di cuenta. El ver tus fotos, tocar tus cosas, pensar en ti, hacia latir con fuerza mi corazón. Y necesitaba más de ti.  Quería saber más, quería verte a pesar  que sabía que estabas muerto.
Yamada volteo su rostro avergonzado y asqueado consigo mismo.
—¿Enserio? —Yuto se sorprendió al escuchar eso y Yamada ya no quería escuchar más —Si lo pones así. Creo que me hubiera pasado lo mismo, si te hubiera conocido de la forma que me conociste. Y me avergüenza un poco. Tenía cosas muy vergonzosas en esa habitación.
Yamada volteo a verlo.
—Pero aun así estoy celoso— Yuto rodeo el cuerpo del castaño y lo acerco. — ohh y ahora como podre hacer para derrotar a mi yo fantasma. ¿Quién es más guapo? ¿Cuál te gusta más?
Yamada rio por lo bajo y susurro lo tonto que era Nakajima.
 Hizo tantas cosas para que él no se enterara.
—Fui a un psicólogo.
—La ciencia no puede derrotar el amor
—Me mude de tu casa
—Ni la distancia.
—Salí con varias personas.
—Ouch, ni los rivales.
—Intente seducir a tu hermano para que no te lo contara. —Los ojos de Yuto se ampliaron —Me iba acostar con él.
—Eso si me ha molestado, ¿Paso algo entre ustedes?
—Lo cite el día que lo hicimos en mi habitación. Pero llegaste y él no se apareció ni  volvió a tocar el tema.
—Creo que me puedo imaginar lo que paso. Y no quiero ni pensar en lo que hubiera pasado. Tengo demasiada suerte. —Yuto abrazo fuertemente a Yamada. —No lo vuelvas a hacer. Desde ahora contémonos todo. Así evitamos todo esto.
Yamada se separó para mirar a Yuto a los ojos y se dio con la sorpresa que tenía una cortada en el labio.
—¿Qué te paso?
—Parece que tu amigo me resondro. — Yamada frunció el ceño muy molesto.
—Lo matare — Yuto se acercó a Yamada y lo beso.
—Creo que mejor nos olvidamos de él. —sus labios  se fundieron entre sí.
—Keito se molestara si hacemos eso aquí —susurro entre sus labios el castaño.
—Shh, él no tiene por qué enterarse. — y así el mayor le regreso el beso.
-----

A la mañana siguiente llegaron a la casa y apenas Yuto vio  a Raiya le piso el pie haciéndolo saltar.
— ¿Qué rayos ?¿Por qué?
—Porque te aprovechaste de Ryosuke y  tuviste la intención de acostarte con él.
—¿Yo? , El intento seducirme.
—Somos hermanos, no puedes engañarme. Estoy seguro que si fuiste a su habitación esa noche.
Raiya abrió los ojos. Y Yuto jalo su oreja. —Te daré una lección. 
—¡Nii-san déjame! Ya te pedí disculpas. —Yuto dejo  de molestarlo.
—Uhwa que genial soy, igual que Keito-senpai.
— ¿Keito?, El que está enamorado de Ryosuke.
—Si.
— ¿No estas celoso?
—Por supuesto que si
—Entonces …— Yuto se sentó sobre el sofá y levanto sus piernas sobre la mesa del medio.
—Es porque ya sabe claramente que Ryosuke es mío.

Por otro lado en la casa de Keito,  abrió la puerta y sus cejas se surcaron con molestia.
—Ryosuke— susurro con cólera, y tapo su nariz para luego dirigirse a la ventana y abrir las cortinas.


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